Limbo fiscal

Limbo fiscal

Guillermo Caram

El discurso presidencial del pasado miércoles ha colocado al país en un limbo fiscal que debe ser encarado para evitar consecuencias más adversas que las que se temían por una reforma fiscal.

La situación fiscal al décimo mes del año lo justifica.

92% de recaudaciones se consumieron en partidas corrientes, proyectando sobrepasar 10% lo presupuestado; mientras inversiones terminarán la mitad de lo mandadom legalmente.
Hicieron falta RD$19,000millones para amortizar deuda y RD$51,000millones para financiar inversiones efectuadas.

RD$90.000 millones de lo presupuestado se dejarían de invertir en 2021.

Amortizaciones e intereses consumieron 52% de recaudaciones; sin contar compromisos de deuda consolidada, que absorbe 2/3 PBI, como el déficit cuasi-fiscal. Tampoco se contabilizan cuentas por pagar.

Esta situación hace correr riesgos: paralizar obras públicas activadores de producción y trabajo; insatisfacción de necesidades sociales; incumplimiento de pagos y consecuentes restricciones para acceso a nuevos financiamientos; recurrencia a emisiones sin respaldo desestabilizando economía con devaluación e inflación, etc.

Esta realidad no puede ignorarse por los responsables de la nación.

Sobre todo al contar para encararla de un marco legal (Ley 1-12) vía control evasión fiscal y mejorar calidad del gasto.

Controlar evasión requiere combatir omisiones, subvaluaciones y contrabandos; simplificar procedimientos para contribuciones; hacer cumplir requisitos de exenciones, especialmente de plazos, así como de exoneraciones amparadas por ley; prohibir exoneraciones otorgadas administrativamente casi siempre por favoritismos personales, privilegios políticos o presiones gremiales.

Exenciones y exoneraciones amparadas en leyes para estimular economía deben respetarse por continuidad jurídica del Estado y para credibilidad de este. Flaco servicio se haría a nuestra institucionalidad económica, dejar de cumplir lo que el Estado se comprometió ayer. Si así lo hiciera, nadie creería lo que el Estado se comprometa hoy.

Tributación y mejoría del gasto requiere inscribirse en concepciones trascendentales. Mas allá de equilibrar fiscalidad, deben inspirarse en activar economía, generar producción y trabajo. Mas trabajadores que compren, y más productores que vendan, aumentan recaudaciones.

Mayor producción nos hará más autosuficientes; proporcionando capacidad para enfrentar carencias y carestías importadas.

Encaremos el limbo para no caminar hacia un infierno dantesco.