Por Bienvenida Polanco-Díaz
La difícil estructuración de una exdiva de la escena en ruinosa condición humana como imagen dramática femenina central se constituye, sin lugar a dudas, en reto especial para cualquier dramaturgo. Y generalmente esta silueta principal va de la mano con un personaje de segunda plana, clave por demás, actuando en ocasiones como impulsor de las confesiones criminales del protagónico. Se trata de un tipo de heroína que la habilidad del creador tiene oportunidad de transformar en icónico, a la manera de la señora Erlynne de El abanico de Lady Windermere de Wilde o de la inolvidable como tormentosa principal de Temps salvatge, de Josep María Miró: célebres perfiles tan populares como sulfúricos, tal la señora Lovett de SweeneyTodd, de Sondheim, o la Clara Zanachassian de La visita de la vieja dama, de Durrenmatt.
En la dramaturgia dominicana el recurso ha sido asimilado exitosamente por más de un autor y en lo que va del año su utilización nos ha retrotraído más de una vez hasta un maestro indiscutible: Jean Marboeuf, y su pieza ‘Qu’est-ilarrivé à Bette Davis et Joan Crawford?’ (‘¿Qué pasó con Bette Davis y Joan Crawford?’).
Fue estrenada en el Festival de Grignan en julio de 2007. Marboeuf (Montluçon, 1942) había escrito ‘Jardin ouvrier’, ‘Du septième ciel au septième ciel’, y posteriormente ‘Folies Vaudeville’ llevada a escena en 2014. Esta última, con subtítulo ‘Esperando a Feydeau’, con una clara alusión a la emblemática pieza de Samuel Beckett ‘Esperando a Godot’ reputada como obra central del Teatro del Absurdo.
La fábula original de ‘Qu’est-ilarrivé à Bette Davis et Joan Crawford?’era un melodrama de estructura epistolar sobre la base del que protagonizaron públicamente durante décadas aquellas dos divas del cine. En la pieza, la gestualidad, patrimonio del arte teatral, encuentra en la escritura de Marboeuf un magnífico marco a través de la maravillosa fluidez de los parlamentos. Esto importa al tratarse de forma y contenido en buenas obras de creación lingüística, es decir, relativas al arte del lenguaje.
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Este arte, el de las palabras, –que vertido en letras es llamado ‘Literatura’- se despliega en cuatro grandes géneros: lírico o intimista; épico o narrativo; retórico o de ensayo; y el que tratamos ahora, el teatral o dramatúrgico destinado a la representación. Distinto -como cada una de las ‘seis artes básicas’ en su esencia- es el arte del ‘Teatro’. Toda la historia de la Estética ha intentado descifrar su atributo último y singular: la gesticulación humana a voluntad. Conveniente es siempre reiterar que el teatro es arte distinto a la literatura y distinto a cada una de las restantes artes, cauces de nuestra capacidad creativa. Forman un conjunto maravillosamente inherente a nuestro DH o ‘Diseño Humano’ por lo que el cine, posterior y que las sintetiza a todas, es denominado ‘Séptimo arte’.
Con el crítico Pierre Murat podemos afirmar la singularidad de estilo de escritura dramática del dramaturgo galo, ‘totalmente original, y en constante equilibrio entre la burla y la ternura’. En efecto, en su pieza Marboeuf evade los habituales escollos de la producción francesa de masas y se distingue, definitivamente, por el ‘buen tono’, frente a la pesadez y el conformismo tan presentes en la literatura francesa post existencialista -y frente a la deplorable inclinación hacia la vulgaridad, tan presente en la literatura de Postvanguardia, equívocamente llamada ‘Postmodernismo’-.
Marboeuf, también conocido como notable cineasta, había intentado y logró, a su vez, en su historia sobre las dos actrices una reinvención artística universalmente válida a partir del guión de la película ‘’¿Qué pasó con Baby Jane?’’, rodada por Robert Aldrich en el Hollywood de 1962. Se trataba, en el caso de ambos autores, de un rejuego de creatividad en cadena que el dramaturgo francés asumió para su pieza teatral. Al mismo tiempo, aquel guion fílmico se había basado en la novela best seller del mismo nombre publicada por Henry Farrel dos años antes que la película, es decir, en 1960.
El drama de Jean Marboeuf sobre las famosas Davis y Crawford, fue a su vez reconstruido en Barcelona -‘Què va passaramb Bette Davis i Joan Crawford?’- y llevado a escena en idioma catalán; no sé si alguna vez su pieza llegó a ser traducida y o representada en español. En nuestro país Carlos Espinal elaboró para dirigirla, una admirable adaptación de ‘Qu’est-ilarrivé à Bette Davis et Joan Crawford?’ que prepararon, y fue anunciada inicialmente para las actrices Cecilia García y Elvira Taveras. El anunciado estreno en la primavera del 2020 se anuló debido a las restricciones por la pandemia que azotó al mundo, no obstante posteriormente fue estrenada, sin Cecilia G, bajo el título ‘Mi mejor enemiga’. Después la versión fue magníficamente actuada por Elvira Taveras y Karina Noble bajo la dirección de Manuel Chapuseaux, representada en marzo, Mes Internacional del Teatro, y con varias reposiciones en el presente 2022. //