Llamado de los obispos a fortalecer la fe y la solidaridad

Llamado de los obispos a fortalecer la fe y la solidaridad

Teófilo Quico Tabar

Con motivo de la fiesta de Independencia Nacional, la Conferencia del Episcopado dominicano emitió un documento con el loable propósito de fortalecer la esperanza mediante un llamado a la fe y la solidaridad humana. En tal sentido me permito destacar algunos aspectos de dicho mensaje:

“Anclados en Jesucristo, esperanza que no defrauda, los obispos de la República Dominicana, en ocasión de la celebración de nuestra fiesta de Independencia y en el contexto del Año Jubilar, dirigimos un mensaje de esperanza a este pueblo nuestro que tanto amamos. Ante los cambios acelerados que vivimos en nuestro país, en el ámbito social, político, económico, migratorio, cultural y del medio ambiente, se percibe desánimo, indiferencia, minusvaloración de lo nuestro, entre otros. En tal sentido, queremos compartir un mensaje motivador que nos oriente y ayude a superar los desalientos, fortalecer la resiliencia del pueblo dominicano y fomentar una actitud positiva frente a los desafíos del presente”.

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“Constituye una fortaleza del pueblo dominicano, su fe en Dios, fundamentada en Jesucristo. Un gran valor que poseemos, es el sentido de la familia y de lo comunitario. Tenemos una población joven con espíritu emprendedor y muchas otras virtudes que refuerzan la esperanza y alimentan la confianza en un futuro mejor para nuestra nación”

“Desde una perspectiva cristiana es activa y proactiva, comprometiéndonos a luchar para que se haga realidad conforme a la voluntad de Dios. Mantener esta virtud requiere asumir un compromiso transformador. Porque tenemos que dar razón de nuestra esperanza. Cuando no se tiene la esperanza puesta en Jesucristo, somos como aquellos que construyeron su casa sobre arena: soplaron los vientos, crecieron los ríos y se llevaron la casa”

“Con humildad, debemos reconocer que no siempre hemos tenido esta confianza depositada en Jesucristo. Sin embargo, el cimiento más profundo de nuestra esperanza radica en Él, muerto y resucitado. El Santo Padre nos dice que la esperanza es la virtud que ilumina el horizonte hacia donde apuntan la fe y el amor. La esperanza, junto con la fe y la caridad, forman el tríptico de las Virtudes Teologales que expresan la esencia de la vida cristiana”

“Nos lo recuerda el Papa Francisco: La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del corazón de Jesús traspasado en la cruz. También, esta virtud está estrechamente vinculada a la paciencia. Así lo explica el apóstol San Pablo: “Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues, ¿Cómo es posible esperar una cosa que se ve? Pero esperar lo que no vemos es aguardar con paciencia. Además, nos invita a alegrarnos en la esperanza, a ser pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración. Superando el espíritu de inmediatez o la cultura de lo ‘express’ que parece dominar nuestra época”

“Como pastores invitamos a asumir con valentía cuatro signos de los tiempos de nuestra época: a) Fomentar la reconciliación, promover el respeto por la dignidad humana y la solidaridad. b) El reconocimiento de la dignidad de la persona humana, nos compromete a promover la vida en medio de una cultura de la muerte. c) Realizar una alianza social para promover la esperanza en medio de una sociedad del descarte. d) Ser signos de esperanza en medio de quienes viven en precariedades.