República Dominicana ha sido escenario de innumerables quejas en torno a la calidad de sus servicios sanitarios. Desde largas esperas en emergencias hasta la falta de medicamentos en centros de salud, la insatisfacción de los ciudadanos ha sido constante.
En medio de este panorama, el país ha firmado la “Alianza para la Atención Primaria en Salud”, un acuerdo que promete mejorar la atención médica y cerrar las brechas existentes. ¿Será este el cambio que tanto se ha esperado?
Este ambicioso pacto, realizado junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Banco Mundial y el BID, tiene como objetivo mejorar áreas críticas como la atención materna, digitalizar el sistema de salud y controlar enfermedades crónicas. Sin embargo, las preguntas no tardan en surgir: ¿qué tan palpable será este avance para el ciudadano común, aquel que enfrenta la realidad diaria de hospitales saturados y recursos insuficientes?
Para el ministro de Salud, Víctor Atallah, la atención primaria es la “puerta principal” para acceder a servicios de calidad.
El Plan Estratégico Nacional de Salud 2030 es ambicioso en sus metas, pero la verdadera prueba será transformar estos compromisos en acciones concretas.
La alianza es, sin duda, un logro importante en términos de diplomacia y cooperación internacional, pero el reto radica en cómo estos acuerdos impactarán de manera tangible en la vida de los dominicanos.
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