La Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable ha publicado un exhaustivo monitoreo sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en América Latina y el Caribe, donde se evidencia que, a menos de seis años del plazo previsto para su cumplimiento, en la mayoría de los objetivos, en lugar de avances, ha habido retrocesos.
El monitoreo fue realizado por el investigador Armando Flores, quien tomó como referencia las informaciones oficiales de cada país, así como documentos de organismos internacionales comprometidos con la Agenda 2030, cuyo objetivo principal es la reducción de la pobreza y la erradicación del hambre para el año 2030.
La investigación, contenida en un extenso documento no deja dudas de que al menos 12 de los 17 objetivos no se están cumpliendo en nuestra región, que es la más desigual del mundo, según diversos estudios relacionados con el tema.
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Aunque la investigación es un buen referente, la principal falla para no alcanzar los objetivos está relacionada con el incumplimiento del Objetivo 17 de la agenda, que plantea que para lograr su consecución debe conformarse una alianza global, algo que no ha figurado en la agenda de los países comprometidos.
De acuerdo con el estudio, la pobreza extrema ha aumentado en la región en los últimos años, pasando del 8,7% en 2015 al 11,2% en 2022, siendo las mujeres las más afectadas, lo que sugiere un retroceso en el primer ODS.
El segundo punto de la agenda es el Hambre Cero; sin embargo, la subalimentación, junto con la inseguridad alimentaria moderada o grave, ha aumentado notablemente, con un incremento especialmente marcado en Haití y Venezuela, según el monitoreo.
En cuanto al Objetivo 3, relacionado con la salud y el bienestar, el estudio destaca dos aspectos fundamentales: la alimentación saludable y las enfermedades no transmisibles. La posibilidad de acceder a una dieta saludable se aleja de los consumidores debido al aumento del costo de los alimentos y de la canasta familiar. Además, las enfermedades no transmisibles se han incrementado y constituyen la principal causa de muerte en la región, según datos de la OMS.
El estudio también analizó el acceso a la electricidad, agua potable y saneamiento. Si bien ha habido mejoras en el suministro de agua, persisten importantes brechas, especialmente en las zonas rurales. El acceso a agua potable segura se mantuvo en un 75% entre 2015 y 2022, mientras que el acceso al saneamiento mejoró levemente, pasando de 42% a 49%.
En cuanto a la electricidad, el acceso ha mejorado, pero el costo ha aumentado en la mayoría de los países. La cobertura se incrementó de 94,7% a 95,8% entre 2015 y 2022.
Otro de los objetivos analizados es el número 8, que se refiere al trabajo decente y el crecimiento económico.
El estudio reveló que el empleo informal sigue siendo prevalente en la región, con tasas que oscilan entre el 50% y el 80%, mientras que la desocupación ha mostrado un ligero aumento.
El empleo informal disminuyó levemente de 54,52% a 53,49%, mientras que el desempleo subió de 6,6% a 7,03% entre 2015 y 2022.
Lo único que ha mostrado un aumento durante este período ha sido el acceso a Internet y su calidad; sin embargo, persisten brechas entre las zonas rurales y los sectores empobrecidos. (bit.ly/Estudio-Agenda).