En una sociedad como la dominicana, en la que casi la totalidad de los medios masivos de comunicación son propiedad de grupos corporativos específicos, los que por lo general son aliados o socios coyunturales del poder político de turno, los ciudadanos son sometidos a la dictadura del mensaje único que se difunde continuamente a través de distintos canales formales e informales. El mensaje único es una estrategia de manipulación que emplean los grupos de poder, cuyo propósito estratégico consiste en mantener el control social, político y económico de un país o territorio.
Es imposible ocultar el hecho de que en el siglo XXI todavía existan sociedades, empresas e instituciones dirigidas por líderes autoritarios, egocéntricos y narcisistas, que usan el mensaje único como recurso comunicacional mediático para fabricar percepciones individuales y colectivas, cuyo propósito es lograr un relativo apoyo y legitimidad de parte de la opinión pública nacional e internacional, en lo concerniente a decisiones y actuaciones adversas al bienestar común. Cuando el contrapeso del mensaje único es débil, se crean las condiciones para que el efecto manada opere en los grupos sociales.
La intención estrategia del mensaje único va más allá de impedir que las audiencias dispongan de informaciones diferentes para conocer un mismo hecho, realidad, así como orientarse, educarse y entretenerse. El uso del menaje único, tanto en las sociedades como en las empresas e instituciones, consiste en monopolizar la información pública e inducir a las audiencias para que decidan, actúen y opinen en función de los intereses del poder político y corporativo. En ningún momento, la intención del mensaje único favorece lo colectivo.