Al evaluar el desempeño económico dominicano de 2022 resaltan dos puntos importantes, que a su vez conforman lo que puede ser lo peor y lo mejor que le ha acontecido a la población y a la economía nacional, nos referimos a la tasa de inflación y al tipo de cambio del peso dominicano respecto al dólar estadounidense.
Con relación al comportamiento de la inflación, la economía registrará un nivel que estará próximo al 8.0 %, un indicador que muestra una subida de precios persistente de los artículos de la canasta básica para el año que concluye, que coincide con los 20 años que tiene el Banco Central de haber asumido el esquema de meta de inflación, como norte para la conducción de su política monetaria y que fijó para el 2022 en un 4.0 %, lo que significa que el aumento de los precios estará casi duplicando a la referida meta con un desvío cercano a los 4 puntos porcentuales, colocando de esa manera al año en curso, como el tercero consecutivo con un nivel que supera al precio ancla de la economía dominicana fijado por la autoridad monetaria.
La tendencia general del movimiento de los precios ha sido hacia el alza, aunque la tasa de inflación general, así como, además, la subyacente en los últimos meses del año ha perdido intensidad, similar a como está ocurriendo en el resto de las economías del mundo. La economía dominicana durante el 2022 siempre registró incrementos de precios en cada mes, aunque específicamente de los últimos cuatro, tres en forma menos pronunciada y reputando de nuevo para noviembre con un 0.47 %.
Desde el litoral oficial se ha estado informando que la inflación comenzó a converger hacia el rango meta, sin embargo, se puede asegurar y afirmar que en la economía mundial persisten riesgos como los de algunos inconvenientes en la cadena de suministro, la subida de precios en las materias primas se exponen a retomar su tendencia, tan pronto China vuelva a la normalidad, interrumpida por la nueva ola de COVID-19, lo que pueda ocurrir con el mercado del petróleo con el establecimiento de un precio tope al petróleo ruso y si los trabajadores de las principales economías del mundo logran que sus salarios sean ajustados hacia el alza, por la pérdida de poder adquisitivo que han tenido a causa de la inflación.
Las autoridades que tienen la responsabilidad de manejar el tema de la inflación, no se deben llenar de optimismo excesivo con la baja en la intensidad de la inflación internacional y algunas señales en el plano local, más bien deben asumir una posición desapasionada, en cuanto a que la zona de confort para los precios de la economía dominicana está distante de ser una realidad, no solo poque la inflación de 2022 casi duplicará a la meta de inflación propuesta, sino, porque el horizonte para el 2023 en materia de precios en la economía internacional aun no está despejado, dado la permanencia de los distintos riesgos que pueden incidir nuevamente en la generación y propagación de más inflación.
Durante el año que finaliza, la inflación le ha quitado en poder de compra algo más de RD$ 884.0 al salario mínimo mayor nominal, que es de RD$ 21,000 y el costo de la canasta básica familiar nacional se ha elevado en alrededor de RD$ 1,700 al mes, lo que indica, que la cobertura del salario mínimo ronda solo el 49.0 % del costo total de la referida canasta de alimentos y servicios, brecha que opera en contra de los grupos poblacionales de menores ingresos monetarios que ronda el 70.0 % de la población trabajadora en el mercado laboral formal e informal de la economía dominicana.
De manera que, en la parte relativa a la evaluación del acontecer económico nacional, relativa al movimiento de los precios al consumidor, lo peor que le ha pasado a la población dominicana en el 2022 ha sido la inflación y que el gobierno, los agentes económicos y los consumidores finales no deben considerar y asegurar que los precios de la economía están en su zona de confort y que permanecerán de esa manera durante el 2023, ese estado se logrará solo cuando los precios internos se muevan cercano o por debajo a la meta de inflación del año.
En cuanto a la parte de lo mejor que le ha acontecido a la economía dominicana durante el año 2022, es la apreciación del peso respecto al dólar estadounidense. El tipo de cambio en el mercado spot se ha movido de RD$ 57.52 a inicio de enero hasta situarse en RD$ 55.23 a principio de diciembre del año en curso, lo que representa una apreciación del peso dominicano de un 3.98 %, contrario a lo que le ha acaecido a la mayoría de las monedas latinoamericanas que se han depreciado en el mercado.
Como suele suceder con el tipo de cambio para una economía, tiene ventas y desventajas. Si es depreciación, beneficia el sector exportador y perjudica a los importadores y también a una parte importante de la población consumidora; sin embargo, en la coyuntura actual, todo indica a que la apreciación del peso dominicano presenta más beneficios que costos.
En la línea de los beneficios, en un entorno de fuerte inflación en la mayoría de las economías del mundo, la apreciación del peso ha servido parcialmente de contrapeso para que el nivel de los precios de los bienes y servicios importados sen menos elevados para el consumidor final e intermedio, al tiempo que, una eventual depreciación hubiera traspasado la perdida de valor de la moneda local a los consumidores, por lo que, la apreciación ha ayudado a la mitigación de niveles más alto de inflación en la economía dominicana.
De igual manera, la apreciación del peso dominicano contribuye a la mejoría en la construcción y presentación de algunos indicadores, como el de la presión de la deuda sobre el PIB, dado que, el tamaño de la economía, crecida por efecto del aumento de la producción y de los precios, genera un PIB nominal mayor en moneda nacional, que al convertirlo en dólares a una tasa de cambio menor, el PIB en dólares se incrementa, haciendo que la presión de la deuda pública sea menor y paralelamente, el ingreso per cápita en dólares de la población se eleve, fenómeno que le viene aconteciendo a la economía dominicana desde el pasado año hasta la actualidad.
La apreciación de la moneda dominicana en un ambiente inflacionario también aporta al clima de confianza de los agentes económicos y los consumidores finales y por esa vía a la estabilidad, previniendo menores expectativas inflacionarias, muy perniciosa para la recuperación y el crecimiento sostenido de la economía.
Como balance, podemos decir con pocos riesgos a la equivocación, que lo peor que le ha pasado a la población y a la economía en su conjunto en el año 2022 que finaliza es la inflación y lo mejor que le ha acontecido es la apreciación del peso dominicano.