Con una exhaustiva búsqueda por todo el territorio nacional de informaciones básicas sobre la realidad demográfica y habitacional el país comienza desde mañana a conocerse a sí mismo para planificar con autoridad y fundamento las políticas y programas que impulsen el desarrollo social y económico con un alcance homogéneo, con identificación precisa de las necesidades de más presencia en las comunidades y establecer en la medida en que tienen acceso a educación, salud, techo, agua potable, electricidad y medios de producción y cualquier otro proveimiento imprescindible para una vida digna.
El décimo Censo Nacional de Población y Vivienda estará a cargo de una legión de de empadronadores que aplicarán el cuestionario que alimentará más de un banco de datos con equivalencia a la piedra angular imprescindible para cimentar ejecutorias favorables a la sociedad.
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La exhortación a los ciudadanos a respaldar las metas de este Censo Nacional en forma masiva y sin distinción de clase ni posición económica se corresponde con la trascendencia y la utilidad que sus resultados arrojarán a los propios empadronados a través de la toma de decisiones por el Estado que se debe a esta colectividad que aspira a ser regida con atención a sus prioridades y sujeción a la equidad desde funciones públicas.
Quienes traspasen los umbrales de los hogares para la recopilación de datos de carácter sociológico a ser aportados por las familias deberán exhibir las credenciales correspondientes. Las autoridades están desde ya empeñada en un desenvolvimiento ordenado de esta gran cita con la ciudadanía.