Con tres oros y dos bronces, Jossimar contó en metales todas las pruebas en las que participó en Toronto y salió de los Juegos que le revelaron hace cuatro años en Guadalajara como una estrella del tapiz. AFP.
TORONTO. Media hora. Eso es lo que tardó Jossimar Calvo en convertirse en el mayor medallista colombiano en unos mismos Juegos Panamericanos. 30 minutos que valen cuatro años de trabajo y el mando de la gimnasia masculina continental para este chico que quería ser Jean-Claude Van Damme.
Con tres oros y dos bronces, Jossimar contó en metales todas las pruebas en las que participó en Toronto y salió de los Juegos que le revelaron hace cuatro años en Guadalajara como una estrella del tapiz.
«El día que llegué aquí, vine con la mentalidad de hacer historia, no sólo en la parte individual, sino también en lo colectivo.
Fue un largo proceso, cuatro años de preparación y estoy muy contento», celebró con la voz pausada. Y cumplió. Tras el oro logrado el día anterior en caballo con arzones, el gimnasta de Cúcuta entró el miércoles en el Coliseo de Toronto enfrascado en su lucha vital por la perfección.
En las finales consecutivas de barras paralelas y barra fija Jossimar fue el mejor y así se lo reconoció el animado público canadiense, que valoró el talento de quien bajó de lo alto del podio al local Kevin Lytwyn minutos antes de que la gimnasia apagara las luces en Toronto.
Pero no todo fue perfecto: a este joven de mirada tímida aún no se le ha olvidado su caída del caballo con arzones que le dejó el lunes a dos peldaños del oro en la prueba combinada, en la que no pudo defender el oro de Guadalajara-2011. «Los resultados han sido buenos, aunque me quedó la espina de la general individual, donde fui tercero. Hice un un buen trabajo, pero por desgracia tuve una caída que me costó posiciones, pese a que al final estuve en el podio», recordó con el fastidio de lo que no tiene solución.
A punto de dejarlo
Jossimar, sin embargo, aprendió pronto que las cosas no salen siempre como uno quiere.
Desde que se separaron sus padres, este niño de goma creció sorteando a saltos la pobreza, mientras su madre sudaba para cuadrar las cuentas.
Ella fue el primer testigo de las piruetas con las que su hijo imitaba los movimientos imposibles de Jean-Claude Van Damme ante el televisor.
A los cinco años, una profesora de la escuela convenció a esta costurera del noreste de Colombia de que llevara a su hijo a gimnasia.
En el tapiz conoció a Jairo Ruiz, el mismo entrenador que le escoltaba orgulloso el miércoles mientras los periodistas asediaban al héroe del día.
Hasta el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, le felicitó por Twitter. «Es un chico muy callado, un buen receptor. Acata las disposiciones, y es muy disciplinado, cuida mucho la preparación», contó complacido Ruiz, que no perdió la ocasión de subrayar que Jossimar estudia dos carreras del área de la educación física.
Tras sus ocho horas de entrenamiento diario en Cúcuta, Jossimar se va directo a la universidad de lunes a sábado.
Un rompecabezas de obligaciones y exigencia por el que se cuela poco aire para a un joven de 20 años.
Tanto que tras perder su plaza en el último momento para ir a los Juegos de la Juventud de 2010 pensó en no volver a competir. En ser un chico normal.
«Sí que hay momentos en los que piensas en las renuncias que haces, no es nada fácil dedicar 8 horas al día a entrenar y sacrificar cosas especiales como estar con la familia. Pero cuando llegas al éxito te das cuenta de que vale la pena», valoró con la vista puesta en sus medallas.
Los golpes del pasado quedaban ahora muy lejos de Toronto. «Mientras sonaba el himno no recordé aquello. Sentí una paz enorme, una gran tranquilidad», confesó con una media sonrisa.
Una de las mayores alegrías que se lleva de Canadá es haber conducido al equipo colombiano a su primer podio en la prueba de conjunto. Los cafeteros fueron bronce el lunes, por detrás de los equipos de Estados Unidos y Brasil.
Con los podios de Calvo, Colombia acabó tercera en el medallero general de la gimnasia, por detrás de las potencias norteamericanas de Estados Unidos -que salió del gimnasio con 15 preseas, 5 de ellas de oro- y Canadá, con tres oros y siete metales en total.
Tras deshacerse de sus rivales, Jossimar se va de Toronto convertido en un héroe. Como Van Damme en sus películas.