Los 43,65 millones de euros que el delantero brasileño Neymar da Silva reclama al Barcelona podrían ser un premio de fidelidad, como asegura la entidad azulgrana, o una compensación fiscal, según la versión del jugador.
Este fue el principal argumento de cada una de las partes en la vista que se celebró este viernes en el Juzgado de los Social número 15 de Barcelona para resolver las discrepancias sobre la liquidación de la prima de 64,4 millones que debía cobrar Neymar por su renovación por el Barça el 1 de julio de 2016.
El juicio se celebró envuelto en una enorme expectación mediática, sobre todo porque se esperaba la presencia del futbolista, que llegó el jueves por la tarde a Barcelona pero finalmente regresó a París la mañana de este viernes sin pasar por la Ciudad de la Justicia de la capital catalana.
Tras varias horas de negociaciones, no hubo conciliación y Neymar y el Barça acabaron exponiendo sus diferencias en el juzgado. Un guión que hubiera sido diferente si el PSG hubiese aceptado este verano el regreso del astro brasileño al Camp Nou.
De la prima de 64,4 millones estipulada en su último contrato con el Barcelona, Ney solo percibió 20,75 millones. Los 43,65 restantes debía cobrarlos antes del 31 de julio de 2017, pero el club catalán, conocedor de que estaba negociando su fichaje con el PSG, decidió consignar el neto de esa cantidad (24 millones de euros) ante notario.
“Ya no en el verano de 2017, sino con anterioridad, había indicios de que Neymar estaba en conversaciones con el PSG. Hay datos y manifestaciones que lo demuestran, y es lo que percibimos durante bastante tiempo. Lo que quedó confirmado el 3 de agosto de 2017, cuando firmó un contrato de trabajo con el París Saint Germain”, declaró el portavoz del Barcelona, Josep Vives.
El jefe de los servicios jurídicos de la entidad azulgrana, Román Gómez Ponti, recordó lo que sucedió los días previos a que el delantero se marcharse a París- “Queríamos que se quedara. Por eso le dijimos que, a partir del 1 de septiembre, cuando ya se habría cerrado el mercado de fichajes, podía pasar a recoger ese dinero».
Sin embargo, Neymar prefirió reclamar la cantidad pendiente por carta al presidente del club, Josep Maria Bartomeu, y al no obtener una respuesta positiva, pocos días después pagaba los 222 millones que costaba su cláusula de rescisión.
Para el Barça, la ‘traición’ de la que entonces era una de sus estrellas respalda jurídicamente su actuación. Según el club, los primeros 20,75 millones que pagó al jugador fueron por renovar su contrato hasta 2021, una renovación en la que del delantero pasaba de cobrar 5 millones a 33 millones de euros.