Muchas muertes atribuidas a la covid-19 las causan otros males
Las cifras de fallecidos por el covid-19 reportadas por nuestras autoridades lamentablemente no han sido confiables y desafortunadamente no somos el único país con esa debilidad, aun cuando las razones pueden variar.
Lo básico es que la urgencia o presión del desastre sanitario hacía necesaria la emisión de boletines o reportes sobre contagios, pruebas positivas y negativas, hospitalizaciones y defunciones.
Sin embargo, lo cierto es que muchos fallecidos agregados a las estadísticas del covid-19 murieron por enfermedades preexistentes sin discriminar asociación de causa-efecto por la falta de necropsias, reclamos de familiares y pánico del personal de salud a los posibles contagios.
El sesgo estadístico ha mejorado con la experiencia adquirida, pero persiste por la falta de comparación con cifras de otras patologías que se han incrementado por la obligada derivación de recursos humanos y tecnología al combate contra el covid-19.
En números de morbilidad y mortalidad mundial se han identificado algunos poderosos competidores del covid-19; baste mencionar las neumonías por otros virus respiratorios (gripes), la hipertensión arterial y otras enfermedades del corazón y pulmones, complicaciones sistémicas de la diabetes, obesidad y diferentes tipos de cáncer.
Sin embargo, hay un importante número de fallecimientos por covid-19 que obedecen, primeramente a una alianza fatal entre el virus y sus víctimas, por la renuencia a cumplir con elementales normas de distanciamiento y protección universalmente recomendadas; en segundo lugar, a vicios como el consumo de tabaco, drogas narcóticas y el popular “hobby” de fumar Hookah que ya algunos médicos perciben como factor ligado a la aparición de covid-19 grave en jóvenes, morbi-mortalidad evitable con fortalecimiento de la educación y la sensatez de ellos mismos.