Los balagueristas de corazón, aquellos que apreciamos permanentemente, las ejecutorias del excelso estadista, nos sentimos muy satisfechos por el reconocimiento hecho recientemente por el expresidente doctor Leonel Fernández a los grandes aportes realizados por el venerado líder reformista.
Leonel Fernández siempre en sus pronunciamientos ha valorado con justeza los múltiples aportes que legó a la Nación el doctor Balaguer, contrario a muchos de sus compañeros de partido que no cesan en sus ataques a Balaguer, tratando con ello inútilmente de disminuir su figura histórica y opacar su magna obra como estadista.
El escenario que utilizó Leonel para exaltar la obra de gobierno del fenecido caudillo reformista, no pudo ser mejor escogido.
La prensa destaca detalladamente la inauguración del Comando de Campaña del Sector Externo que coordina un balaguerista de pura cepa, Luis Toral Córdoba, incansable trabajador político marginado increíblemente por su partido y ahora cerrando filas con Leonel Fernández y sus aspiraciones para regresar a la presidencia de la República.
Todavía a más de un año de las elecciones generales, y aún sin definirse las candidaturas presidenciales de la mayoría de los partidos políticos, es bien sabido que Leonel Fernández es un precandidato a vencer en la lucha interna del PLD y que de conseguir la nominación será un fuerte rival para sus oponentes.
Un sector externo dirigido por Luis Toral, constituye una pujante herramienta electoral, que en el futuro inmediato podría sumarle muchos adeptos al leonelismo en detrimento por supuesto del reformismo amenazado seriamente con otra división que podría ser definitiva para la existencia de ese Partido.
De todas formas, Leonel conoce perfectamente el valor electoral de los reformistas, por eso les busca y mantiene muy en alto la figura de su líder, valorando sus acciones y reconociendo la importancia de sus ejecutorias como gobernante.
Resulta contraproducente que un dirigente de la categoría de Luis Toral se vea obligado a montar tienda aparte al margen de su parcela política. Eso regularmente pasa cuando los Partidos Políticos ignoran y soslayan a sus dirigentes sin medir siquiera el valor intrínseco de los mismos. En el reformismo de hoy, no es extraño que eso suceda.