Esa tarde era yo un espectador más, lleno de expectativas, esperando oír algo distinto a lo que me dijeron desde pequeño, donde me criaron, afirmando que había que estudiar, hacerse de una profesión y así lograría ser exitoso, siempre vinculando el éxito a la posesión de bienes materiales y acumulación de dinero de forma lícita.
Se para este “viejo” de su asiento con una evidente dificultad por el sobrepeso que tiene y porque los años al final del camino pesan, pasan y pisan. El “viejo” comienza a hablar y mientras avanza en su participación me voy inquietando más; saco mi celular me conecto a Twitter y a mi Facebook, en una franca intención de ignorar lo que estaba diciendo, porque imagínese usted, después de 30 años oyendo algo, de repente viene este señor y me dice que en todo ese tiempo me dijeron una mentira. Hasta que salió de sus labios la frase que me conectó con él, dijo: “Cuando compras un carro nuevo, no lo compras con dinero, lo compras con el tiempo de tu vida que gastaste para ganar ese dinero”. Así, esa breve frase tiene tanto significado implícito que yo lo pude extrapolar a toda actividad en mi vida y sin fecha de vencimiento. Cómo el mismo “viejo” dijo: “Yo no voy a cambiar este mundo pero quiero sembrar una semilla en los corazones de los jóvenes que tienen la fortuna de cultivar su intelecto (jóvenes universitarios) para que se esfuercen en lograr conquistas”.
A los jóvenes que tuvieron la oportunidad de ver/oír la participación de este señor a su paso por la República Dominicana , les envió un mensaje en voz alta y clara , los invitó a no conformarse , a ser revolucionarios , a ser inquietos , a no creer, más bien a investigar , a empoderarse . Los retó a comprometerse para mejorar el mundo en el que vivimos; insistió en que tener conocimiento no es para tener mayor riqueza, es para tener más herramientas para cambiar el destino de los pueblos. Nos conmovió con un canto de victoria, que decía así: “Los únicos derrotados son los que dejan de luchar y se resigna, siempre habrán fracasos y derrotas, pero hay que levantarse hasta lograr el triunfo”.
De igual modo el “viejo” en su periplo por nuestro país, se atrevió hablar de todo, incluso de impuestos, lo cual, a mi punto de vista, según lo que oí presencialmente en su conferencia, fue sacado de contexto de manera intencionada o no, pero a lo que se refirió fue a meterle la mano en los bolsillos a los que más pueden. Un discurso “progress full”, atacado por muchos, vitoreado por muchos otros, por temas como: la legalización de la marihuana, el aborto, apoyo a un estado laico y el incremento del gasto público en los años que fue presidente de Uruguay (2010-2015) .Con el incremento en el gasto, no tengo razones para objetarlo, mientras ese gasto no haya ido a parar a las garras de la corrupción pública.
En ese sentido, les hizo un llamado a sus colegas los “políticos” dominicanos, que si quieren plata (dinero), se dediquen al comercio o a la industria. A los que le gusta mucho la plata hay que correrlos (sacarlos) de la política.
Es como si a un carnicero le gusta tanto la carne que envés de venderla, se la come; por eso “los carniceros deben ser vegetarianos”. Los hombres y mujeres que administran recursos públicos deben despojarse de toda tentación para con el dinero del pueblo.
Tal como dicen las sagradas escrituras, en (1 Timoteo 6:10) Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.