Aunque los inmigrantes procedentes de República Dominicana asentados sin autorización en los Estados Unidos apenas constituyen el 1% de quienes están en falta allí según fuentes calificadas -unos 164,000- las medidas contra la presencia irregular de extranjeros impulsadas por el presidente Donald Trump quitan sosiego a gran parte de esta comunidad cuyos miembros están mayoritariamente en estatus de residentes o naturalizados y mostrando gran capacidad de integración.
Las tertulias de bodegas del perfil criollo en la urbe neoyorquina son ahora menos frecuentadas por sus habituales parroquianos. Se muestra erizada una comunidad con notable tendencia a ser admitida en «american way» sin significativos vínculos a la delincuencia, de dóciles y cuantiosas contribuciones al fisco y que ocupa en masa oficios de los que ya se alejó el norteamericano que solo habla inglés.
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En contra de que los inmigrantes recuperen tranquilidad y de que Norteamérica les resulte hospitalaria como ha sido antes pesan las encuestas de Pew Research Center que arrojan que el 57% de los estadounidenses relaciona el gran número de los extranjeros que buscan entrar a su país con más delincuencia, lo que contradice el resultado de estudios que indican que las personas de origen externo tienen menos probabilidades de delinquir que los allí nacidos. Además, 39% de los entrevistados por encuestadores no vinculó conductas antisociales con los forasteros.
Y aunque el alcalde de Nueva York, la ciudad de más presencia dominicana, Eric Adams, es de los que cree que la mayoría de inmigrantes recién llegados a esa urbe es respetuosa de las leyes, dio luz verde al gobierno de Donald Trump para proceder a repatriaciones «cuando se trate de inmigrantes violadores de las leyes» y se brindó a colaborar con las expulsiones tras la orden ejecutiva de la Casa Blanca que paralizó cargos en su contra por supuestos actos de corrupción. Nada ha dicho sobre redadas indiscriminadas a cargo de agentes autorizados a excesos de penetrar a escuelas y templos en busca de adultos y menores de edad sin estatus legal.
El Instituto de Dominicanos en el Exterior (Index) estableció hace pocos años que fuera de República Dominicana residen 2.5 millones de sus ciudadanos, exactamente «2,531,618 establecidos en diferentes países del mundo, siendo estos aproximadamente un 19.% de la población total del país. Las mayores concentraciones se encuentran en este continente y en Europa Occidental. Los cuatro países que encabezan con mayor número de asentamientos son Estados Unidos, España, Puerto Rico e Italia».
INTEGRADOS A EU
Datos oficiales de hace varios meses recogidos por el Instituto de Políticas Migratorias revelan que del gran flujo de dominicanos que ha pasado a residir en Estados Unidos en los últimos años, el 56% se convirtió en ciudadanos estadounidenses, por encima de la tasa media de los inmigrantes procedentes de otras partes del mundo. En el año fiscal 2023 los dominicanos constituyeron el cuarto grupo más grande en naturalizarse en EUA detrás de los mexicanos, hindúes y filipinos que hicieron lo mismo. Constituyeron el 4% de todos los extranjeros que adquirieron la nacionalidad del país que parece acogerlos.
El año anterior, casi 41 mil dominicanos se convirtieron en nuevos residentes permanentes legales con adquisición de la famosa tarjeta verde que da derechos aproximados a los de los propios norteamericanos siendo el 4% del millón de extranjeros que se legalizaron junto a ellos. El 99% de los dominicanos obtuvieron su residencia con el patrocinio de algún familiar en señal de saludable búsqueda de reunificación entre miembros de una misma ascendencia bajo el signo de la dominicanidad y sus valores.
La presencia de dominicanos en situación irregular en aquella tierra considerada de promisión se expresa en cifras moderadas y de fácil control si el observador se remite a un informe del año pasado del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. que reportó a 1,440 inmigrantes de esta nacionalidad situados por esas autoridades en el estatus de «Consideración de Acción Diferida (Daca)» que proporciona alivio temporal de deportación y autorización de trabajo a individuos llegados en minoría de edad.
Buena noticia: el Instituto de Políticas Migratorias de EU afirmó que los inmigrantes dominicanos tienen menos probabilidad que la población en general nacida en el extranjero de vivir careciendo de cobertura de salud, con solo un 13% sin protección comparado con la tasa de 18% que caracteriza a habitantes procedentes de otros países. La entidad cree que esto se debe a una participación más alta de los dominicanos en programas de cobertura pública.