El tema de la felicidad parece un tema no consensuado, o no digerible o asimilado en los países latinoamericanos. De nuestro país se ha hablado que los dominicanos son felices, alegres y divertidos.
La felicidad hace décadas que se mide en los países donde hay crecimiento económico, buena distribución del PIB y servicios de calidad y calidez, donde sus ciudadanos se sienten satisfechos y felices, ejemplo de esto: Dinamarca, Finlandia, Noruega y los países bajos, llevan la delantera en la felicidad.
Países de crecimiento económico como EE.UU. Canadá y China, ocupan las 10 últimas posiciones debido a otros factores como son: servicios ciudadanos no de calidad, falta de relaciones interpersonales y comunitarios, individualismo, soledad, y ausencia de propósito para la vida.
El dinero y la riqueza por si solo no produce la felicidad, sino que, proporcionan servicios de calidad, confort, estatus y muchos momentos felices. Las personas refieren sentirse felices o felicidad duradera cuando sienten satisfacción donde viven, tienen conexión con otras personas, ofrecen servicios de voluntariado, construyen propósitos de vida, viven con buena seguridad social, practican la honestidad ciudadana, y la corrupción es muy baja entre políticos y ciudadanos.
Normalmente, las personas piensan que la felicidad es sentir placer, hacer lo que le gusta, reír mucho, gratificarse por el éxito, poseer cosas materiales; a veces son momentos felices, pero tampoco es felicidad. Desde la psicología positiva o el instituto de la felicidad que existen en otros países, las mediciones e indicadores son: alcanzar la satisfacción en varias áreas de la vida, mantener relaciones grupales e interpersonales significativas, alcanzar el bienestar social, construir propósitos, practicar el altruismo, buena seguridad social, servicios de calidad y calidez, poca corrupción, etc.
Con estos indicadores los países latinoamericanos no logran hacer la tarea, ni alcanzar los indicadores de felicidad, el que más se aproximaba era Costa Rica.
Me pregunto: ¿Son los dominicanos felices, satisfecho y viven el bienestar social? Ceo que no, nuestra cultura nos permite ser gregario, alegre, divertidos, espontáneos, creativos, poner buenos sentimientos a las adversidades de la vida, pero decir que cumplimos con los indicadores de la felicidad y del bienestar social, no es ser racional, objetivo y honesto.
En nuestro país hay mucha desigualdad social, los servicios no son de calidad y de calidez, las pensiones no son digna, ni el empleo es decente, no hay seguridad social, la corrupción sigue siendo alta y la inseguridad ciudadana, y los propósitos de vida son a corto y mediano plazo, y la distribución de PIB por ciudadano es insuficiente para hablar de satisfacción y logros alcanzado, económicamente hablando.
Individualmente puede que algunos dominicanos alcancen la felicidad, pero socialmente tenemos mucha pobreza, indigencia y desigualdades sociales, aun la clase media, no alcanza el bienestar social que, le garantice una vejez digna.
La felicidad se puede alcanzar, ya sea a través de actitudes emocionales positivas, buenos propósitos de vida, satisfacción por lo que hace, cómo se vive y las relaciones significativas que se cultiven.
En mi tertulia, el jueves 18 de abril en cuesta libro, hablaré del tema de la felicidad y sus indicadores, tratando de darles algunas claves a las personas para sentir y vivir la felicidad, la satisfacción y la espiritualidad por la vida, para que sea nutriente y oxigenadamente, para ustedes y para las demás personas.