Los indocumentados de El Berrinche: vidas invisibles en su propia tierra

Los indocumentados de El Berrinche: vidas invisibles en su propia tierra

Parte de los residentes en El Berrinche o Las Mercedes, que no han sido declarados. Foto/José Francisco

Enclavada en la carretera Villa Mella-Yamasá, El Berrinche, también conocida como Las Mercedes, es una comunidad marcada por la invisibilidad legal.

Decenas de dominicanos nacidos en ese territorio enfrentan la misma barrera: no están inscritos en el Registro Civil. Sin actas de nacimiento ni cédulas de identidad y electoral, son inexistentes para el Estado.

El Berrinche está ubicado a pocos metros del Cruce de la Bomba, icónico espacio que dirige a los conductores hacia el municipio Yamasá o a la común cabecera Monte Plata, de la misma provincia del sureste de República Dominicana.

Sin documentos, sin derechos

“Es como no existir”, clama Lucía de la Rosa, de 21 años, quien dejó sus estudios en primero de bachillerato porque sabía que no podría graduarse sin documentos. “Quiero declararme y sacar mi cédula para trabajar. Sin eso, no soy nada”, resalta al expresar el sentimiento colectivo de la comunidad.

Y argumenta más: “Yo primero voy a tratar de conseguir mis papeles, si Dios quiere, y después me inscribo en la escuela, aunque sea los sábados, porque es que uno es sin documento no tiene nada y yo quiero trabajar”, enfatizó.

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Casos como el de Lucía son comunes. Según Saturnina de la Rosa Pascual, de 60 años, su madre nunca tuvo cédula y, por ende, ella tampoco fue declarada. «Quiero ver mi cédula antes de morirme. Sin ella no tenemos derecho a votar ni acceso a servicios básicos», lamenta.

La lucha por existir

La burocracia y los costos asociados son obstáculos casi insalvables. Dora de la Rosa, de 62 años, relata cómo intentó obtener sus documentos. “Buscamos los papeles de matrimonio de nuestros padres, copias de la cédula de mi papá y otros documentos. Siempre falta algo”.

La situación es especialmente desesperante para madres como Miguelina Núñez, de 25 años, quien tiene dos hijos también indocumentados. «Quiero declarar a mis hijos para que no vivan lo mismo que yo», comenta.

El costo de la invisibilidad

La falta de documentos no solo afecta las oportunidades laborales, sino que limita el acceso a la educación, salud y otros derechos fundamentales. Marino Figueroa Ozoria, de 60 años, lo explica claramente: “Sin cédula, nadie te busca para un buen trabajo. Ni siquiera puedes acceder al seguro médico”.

Generaciones atrapadas

En El Berrinche, la indocumentación no es solo un problema individual, sino generacional. Elvis Ciriaco, padre de tres niños, señala: “Sin documentos, mis hijos no podrán estudiar ni trabajar. Es un ciclo que no se rompe”.

Testimonios de resistencia

A pesar de las dificultades, los residentes no pierden la esperanza. Dilcania Gil, de 20 años, está en proceso de declarar a su hijo de cinco años luego de obtener el acta de defunción del padre. “Es complicado, pero no me rendiré”, afirma.
Un llamado a la acción

El drama de El Berrinche expone la necesidad de políticas públicas que simplifiquen los procesos de declaración tardía y garanticen el acceso a derechos fundamentales. Mientras tanto, comunidades como esta siguen luchando contra la invisibilidad, una batalla por existir y ser reconocidos como ciudadanos en su propio país.

Este reportaje no solo busca visibilizar la problemática de los indocumentados en El Berrinche, sino, también, abrir el debate sobre cómo el sistema puede garantizar una identidad legal a todos sus ciudadanos.

Estar en el Registro Civil

El registro civil no es solo un trámite administrativo, es una herramienta que garantiza derechos fundamentales como educación, salud e identidad.

Mientras que los avances tecnológicos y legislativos son alentadores, la solución integral requiere un esfuerzo conjunto entre Estado, sociedad civil y las comunidades afectadas.

Este proceso, aunque lento, representa un paso hacia una sociedad más inclusiva y equitativa.