Los insectos se vuelven comida gourmet en Tailandia

Los insectos se vuelven comida gourmet en Tailandia

BANGKOK.— ¿Hormigas y escarabajos en la cocina? Generalmente eso provocaría el cierre inmediato de un restaurante, pero para un establecimiento único en Bangkok, los insectos en la salsa y los bichos en el menú son el plan de negocios.

Comer insectos no es nada nuevo en Tailandia, en donde los vendedores ambulantes empujan sus carritos de grillos fritos y gusanos de seda con mantequilla que, desde hace tiempo, han alimentado a los locales y a intrépidos turistas por igual.

Pero ahora, los bichos son un alimento gourmet en Insects in the Backyard (Insectos en el jardín), un bistró de Bangkok que busca revolucionar la manera como se ve a las criaturas menos queridas de la naturaleza, y lo que se puede hacer con ellas.

“En Tailandia, existe una larga historia de pueblos que consumen insectos y siguen haciéndolo, en grandes cantidades. Pero principalmente como bocadillo, no como parte de platillos, ni como parte de su cocina”, dijo Regan Suzuki Pairojmahakij, socio canadiense del restaurante. “Nos interesa que las personas se alejen de ver a los insectos como un simple bocadillo y lo vean como parte de una deliciosa cocina gourmet”.

Esa es la responsabilidad del chef ejecutivo Thitiwat Tantragarn, veterano de algunos de los mejores restaurantes de Tailandia. Junto a su equipo diseñó un menú en el que se incluyen siete diferentes insectos como hormigas, grillos, orugas del bambú, gusanos de seda y escarabajo de agua gigante.

“Es algo nuevo”, dijo Thitiwat. “Vives en el mundo, necesitas aprender algo nuevo”.

Dijo que ha cocinado carne de cerdo y pollo durante mucho tiempo, pero que los insectos son “un nuevo mundo en la cocina y una nueva lección”.

Para Kelvarin Chotvichit, un abogado de Bangkok, el menú fue una revelación de sabores y texturas.

“Cuando probé esto, me abrió una nueva actitud hacia los alimentos: que los insectos son comestibles”, dijo. “Y también saben bien. No es tan raro como pensarías. Y la sensación, es crujiente, como un bocadillo. Sí, me gusta”.