Los italianos han estado presentes en la vida dominicana desde la llegada de Cristóbal Colón, ofreciendo significativos aportes en el arte, la arquitectura, la historia, actividades políticas, sociales, económicas, religiosas, culturales. Han contribuido con la identidad nacional y participado en luchas patrias.
Sus apellidos forman parte de la genealogía criolla porque los primeros en venir dejaron numerosa descendencia.
“Las inmigraciones provenían del Piamonte, a principios del siglo XIX; a mediados eran de la Liguria (Génova y sus contornos) y a finales e inicios de 1900, del Sur de la Península (Campania y Calabrina)”, escribió el reputado historiador Frank Moya Pons.
Y con el auge del azúcar y el café, también procedían de Córcega, pero de estirpe italiana, apuntó el reconocido genealogista Antonio J. Guerra Sánchez, quien ofrece copiosa investigación sobre esa presencia, señalando ancestros de los Billini, Bona, Bonetti, Cambiaso, Bancalari, Vicini, Porcella, Landolfi, Spignolio, Capano, Schiffino, Pezzoti, Marranzini, Ronzino, convertidos aquí en héroes, póceres, filántropos, prósperos comerciantes, colaboradores de las guerras de Independencia.
Otros convertidos en presidentes de la República como Francisco Gregorio Billini, historiador, costumbrista, sociólogo, que gobernó el país de 1884 a l885, y Juan Bautista Vicini Burgos, quien ocupó esa posición entre 1922 y 1924, en plena Ocupación Militar de los Estados Unidos, para facilitar la evacuación de esas tropas. Era hijo de Juan Bautista Vicini Cánepa, que llegó durante el esplendor de la industria azucarera.
Billini, por su lado, desciende de Juan Antonio Billini Ruse, llegado“como militar al servicio de Francia”, consigna Guerra. A este se agregan los próceres Hipólito Billini Hernández y José Altagracia Billini Mota.
Los Bonetti provienen de Giovanni Nepomuceno Bonetti Judijo, y las familias Vicini y Porcella se originan en Ángelo María Vicini y Anna Canepa. “Un hijo de estos, Angiolino Vicini Trabucco, vino llamado por su tío Gio Batta”, añade.
Sobresalientes fueron los Pezzotti, Marranzini, Ronzino, Palamara, Svelti, Bolonotto, Di Carlo, Vincitore, Ferrúa, Forestieri, Panochia, Martinelli, Perrota, Bonarelli, Rímoli, Cáffaro, Abramo, Cavagliano, Rainieri, Mastrolilli, Cestari, Stefan, Campagna.
Y Amadeo Barletta, quien estuvo en prisión en 1933, acusado de conspirar contra Trujillo y logró su libertad gracias a las amenazas de Mussolini al dictador dominicano. Vino con su hermano Antonio.
El Palacio Nacional. Sacerdotes. El arquitecto Guido D’Alessandro Lombardi fue el constructor del Palacio Nacional que aún alberga al presidente de la República y sus colaboradores, mientras que, en otro orden, se consigna: “El primer obispo residente de Santo Domingo fue el italiano Alessandro Geraldini”. José Luis Sáez Ramo, historiador y educador jesuita, escribe, además, que fue nombrado por la bula del Papa León X en 1516.
Añade a Fray Leopoldo Ángelo Baldassare, segundo vicario apostólico de Santo Domingo, de 1870 a 1874 y a Rocco Cocchia De Cesinali, Ricardo Paolo Pittini, Giovanni Francesco Fantino y otros.
También se reconoce a Juan Bautista Cambiaso, fundador de la Marina de Guerra y primer almirante de la República, nativo de Génova. “Fue el creador de la primera flotilla naval armada y formó a los primeros oficiales dominicanos”.
En la Revolución de Abril de 1965, Ilio Capozzi se unió a la lucha por la soberanía y cayó mortalmente herido en el asalto al Palacio Nacional.
En una amplia relación del genealogista y abogado Edwin Espinal Hernández se citan ente otros italianos o sus descendientes a los Pugliese, Russo, Riggio, Zaleta, Pagani, Grisolía, Menicucci, Rossi, Caputo, Palermo, Divanna, Pezoti, Fersola, Cantisano y otros diseminados por el Cibao donde se distinguieron como farmacéuticos, tenedores de libros, médicos, pintores, retratistas, decoradores,artesanos buhoneros, fotógrafos, joyeros, comerciantes, sastres,zapateros, paragüeros, artesanos, pulperos, relojeros..
Los Antonelli fueron ingenieros militares, Gianfranco Fini intervino en la marina de Casa de Campo, otros dejaron su impronta en la Catedral Primada de América.
Están también los Pellerano, Maggiolo, Ravelo, Giudicelli.
La calle
El 11 de abril de 1973, el Ayuntamiento del Distrito Nacional reconoció “los profundos lazos que unen a la República Dominicana con el pueblo de Colón y Garibaldi” y la “laboriosa colonia que a través del tiempo ha sabido calar en la sensibilidad del pueblo dominicano que la considera parte suya”. Y designó Avenida Italia “a la actual avenida Sao Paulo de la avenida 3ra del ensanche general Antonio Duvergé”.
Referencia
Datos extraídos de “El legado italiano en República Dominicana. Historia, arquitectura, economía y sociedad”.