- Rogelio Nores fue una de las últimas personas que estuvo con el artista británico antes de su muerte. Formó parte de una telaraña societaria que accedió a licitaciones para construir cuatro plantas de energía durante el gobierno de Mauricio Macri. Aún hoy tiene contratos con rentabilidad muy alta en dólares.
La muerte violenta de Liam Payne conmocionó al mundo. El ex integrante del grupo One Direction cayó desde un balcón del tercer piso del Hotel Casa Sur en el barrio porteño de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires. También iluminó un nombre que, desde el gobierno de Mauricio Macri, había quedado casi olvidado a pesar de ser un joven empresario argentino ligado al crítico sector energético del país, Rogelio Nores. A “Roger”, como también se lo conoce, se lo vio junto al cantante y compositor británico.
En un lapso muy corto, Nores pasó de ser colaborador -chofer- de Nicolás Caputo -el CEO del Grupo Mirgor, dueño de la generadora eléctrica más grande del país, Central Puerto y el “hermano del alma” del ex presidente Mauricio Macri– a accionista principal de Stoneway Capital Corp, una off shore canadiense con sede final en las Islas Vírgenes Británicas.
Esa sociedad era la controlante de dos empresas cáscaras creadas “ad hoc” en 2016 para participar -y ganar- de varias licitaciones para la construcción de centrales térmicas, convocadas por el Ministerio de Energía y Minería de la Nación, a cargo de Juan José Aranguren, a través de CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima). Esas dos sociedades eran Araucaria Energy y SPI Energy.
La resolución 21/2016 con la licitación se publicó el 22 de marzo de 2016, pero ambas empresas se crearon exactamente un mes después, el 25 y 26 de abril, con un capital de apenas $100.000.
Cascada de sociedades
A la Araucaria Energy y SPI Energy se le adjudicaron 4 contratos, millonarios en dólares, dos a cada una. Para construir las centrales, su controlante Stoneway, la “guarida fiscal” a nombre de Nores, colocó deuda en la bolsa de Nueva York por u$s 665 millones a través de un bono al 10% con vencimiento en 2027. Dentro de los acreedores principales del bono están fondos buitres como Blackrock, Gramercy y Fidelity.
La asesoría legal para la emisión del bono de Stoneway la realizó el bufete de abogados Holland & Knight con sede central en Nueva York. El abogado que llevó adelante esa operación fue Norberto Quintana, hermano del entonces Vicejefe de Gabinete de Mauricio Macri, Mario Quintana.
Cuatro años después de adjudicado los contratos, Stoneway de Nores, dueña de SPI Energy y la Araucaria Energy en Argentina, se declaró en quiebra tras no pagar u$s 30 millones correspondiente al préstamo de u$s 220 millones de dólares que el fondo de inversión Gramercy le había otorgado a Stoneway.
En 2021, Stoneway y los acreedores presentaron un plan de reestructuración. Si bien los activos están en Argentina y los contratos se firmaron con el Estado argentino, este proceso se llevó adelante bajo el Capítulo 11 del Código de Concursos y Quiebras de Estados Unidos y bajo la Canadá Business Corporations Act.
Tras la reestructuración hubo un cambio de manos. SCC Power, una empresa constituida bajo las leyes de Inglaterra y Gales, adquirió el negocio de Stoneway Pero el beneficiario final es MSU Energy Holding Ltd del empresario argentino Manuel Santos Uribelarrea que ganó otros dos contratos en la misma licitación.
El joven Forbes y la “empresa cáscara”
La relación entre Payne, la estrella británica, y el empresario Nores había llamado la atención en los medios argentinos, incluso especulando una especie de romance. Sin embargo, el artista aseguró que se trataba simplemente de una amistad. Nores, quien fue reconocido por Forbes en 2018, había sido visto frecuentemente con Payne en las semanas previas al incidente.
Bajo el título “30 menores de 30 años – Energía (2018)” Forbes dijo de Nores: “Con el respaldo de Siemens, Nores y su Stoneway Capital emitieron 500 millones de dólares en bonos para construir cuatro centrales eléctricas de gas en Argentina. Bajo contratos de 15 años, las plantas suministrarán electricidad a 600.000 hogares alrededor de Buenos Aires. Incluso se habla de una posible salida a bolsa en 2018 de Stoneway Capita. Cuando no está volando a Alemania o Argentina, Nores también está trabajando para desarrollar tecnología modular de gas natural licuado en Pensilvania”.
Una de las dos empresas cáscara, SPI Energy, tiene una rentabilidad del 85% en dólares por la operación de la central construida en San Pedro, provincia de Buenos Aires. Es decir que, entre lo que le cuesta y lo que CAMMESA le paga por la electricidad que vende a la Argentina, tiene esa rentabilidad.
Según los especialistas económicos en la materia, en el mundo, una rentabilidad razonable es del 10% y una muy buena es del 20%. Senadores de la oposición que investigan el tema desde hace años le aseguraron a Infobae que “todo ese dinero de más tiene como destino final fondos buitres, offshore, estudios de abogados y procesos de reestructuración”.
Como si fuera poco, ambas empresas reciben gratuitamente el combustible que utilizan en las centrales. El gas es pagado por CAMMESA con dinero del Tesoro, es decir de los impuestos que tributan los ciudadanos al Estado.
Tarifazos y ¿cortes programados?
Este es un caso. Pero hay más de 200 contratos que se firmaron bajo el gobierno de Mauricio Macri y representan actualmente casi el 70% de la potencia eléctrica contratada por CAMMESA.
Así lo afirmó el ahora ex Secretario de Energía Rodríguez Chirillo en su presentación en la audiencia pública realizada ante el Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) a comienzos de este año. “Con la nueva secretaria de energía, María Tettamanti, vinculada a Mauricio Macri ¿se vendrán nuevos contratos?”, se preguntan en destacados despachos del Senado.
Los mismos senadores, alguno de ellos patagónico, que han analizado la documentación y las licitaciones que se adjudicaron en el gobierno de Cambiemos, pero que continuaron con Alberto Fernández y ahora con Javier Milei, explicaron: “Estos contratos son la causa de los tarifazos. Al estar en dólares y ser caros, la devaluación del 118% se transformó en un combo explosivo que disparó el costo de la electricidad”.
Entonces, si el Estado no pone el dinero para pagar los contratos ¿quién lo hace? Los usuarios. En las tarifas se pagan tres componentes: el precio de la energía que se consume; el componente de distribución que se le abona a la empresa que distribuye la electricidad a través de la red; y los impuestos. El precio de la energía se conoce técnicamente como precio estacional. Este valor refleja el costo de “adquirir la electricidad” en el mercado eléctrico mayorista.
Este componente se expresa en la factura como cargo variable, es el de mayor peso porque refleja el costo de la electricidad y, en consecuencia, es por donde pasa el grueso del tarifazo. En lo que va del año, el precio estacional se incrementó entre un 150% y un 2000%, siendo los más damnificados los usuarios de ingresos bajos.
A pesar de estos aumentos, el gobierno de La Libertad Avanza no logra reducir los subsidios, que continúan por encima del 50%. Sucede que los contratos caros en dólares firmados durante la administración Macri presionan constantemente sobre el “costo del sistema eléctrico”, las tarifas y los subsidios. “Este es el problema de la economía bimonetaria en el sector eléctrico nacional”, analizan especialistas del sector al ser consultados por este medio.
CAMMESA, que administra las transferencias del Tesoro o los “subsidios”, es presidida por el secretario de Energía, pero el 80% de sus acciones está conformada por las empresas privadas del sector con la cual se firmaron estos contratos. Es decir, “están de los dos lados del mostrador”.
Con uno de estos eslabones de una larga cadena de sociedades vinculadas a la energía y a sospechados contratos con rentabilidad altísima en dólares se encontraba el malogrado y existo artista británico.
Una testigo observó, y así lo declaró, a Rogelio Nores realizando ingentes esfuerzos por conseguir que Payne abandone su habitación del hotel que minutos antes había destrozado y dónde se encontraron restos de drogas y psicofármacos.
El incidente ocurrió el miércoles por la tarde, cuando Liam debía haber dejado su habitación. La testigo, identificada como Rebeca, relató que el cantante se presentó a los huéspedes del lugar en el vestíbulo mostrando estar bajo la influencia de sustancias. Nores, según los relatos, visiblemente frustrado intentó llevar a Payne a su habitación. No lo consiguió. El empresario, con esmero, se disculpó por el comportamiento del artista y abandonó el hotel. Según trascendió, la Justicia estaría interesada en conocer la versión Nores.
El nombre del joven empresario, -que según los Panamá Papers compartiría con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, sociedad en Axis, un Fondo Común de inversiones- volvió a llamar la atención de los especialistas en energía y estudiosos de los abultados contratos que se firmaron en el gobierno macrista.
Y mucho más después de que la administración Milei anunció que en verano existirán cortes programados de luz por “falta de inversión en la generación en los últimos 20 años”. Para destacados senadores opositores, “está explicación ‘cliche’ no solo oculta la desidia y falta de planificación del Gobierno, sino que además corre el eje del grave problema que dejó Cambiemos en el sector eléctrico y que, lamentablemente, no se modificó entre 2019 y 2023″.
Para los técnicos, por ejemplo de la bancada de Unión por la Patria, “en los últimos años sí hubo inversiones en ampliar el parque generador”, y explican: “El gobierno de Mauricio Macri fue el gobierno que más potencia incorporó al sistema desde el de Carlos Saúl Menem, con 6155 megas. Sin embargo, la potencia eléctrica que se incorporó entre 2016 y 2019 no amplió realmente el sistema para que la electricidad llegue a más familias e industrias, sino que reemplazó a la electricidad existente”.
Lo explican así: “La razón es muy sencilla: no se construyeron nuevas líneas de 500 kv para poder transportarla. En consecuencia, el sistema de transporte eléctrico se saturó. Gráficamente es como una manguera por la que, por su tamaño, puede pasar determinada cantidad de agua. Si la presión de agua es más fuerte pero no se agranda la manguera, en un momento se satura”.
Pero, además, explicaron a este medio, “esa potencia que se incorporó, sin la necesaria inversión en transporte, se hizo mediante negociados muy poco transparentes. El Estado, a través de CAMMESA, firmó contratos con condiciones leoninas para la compra de electricidad generada por nuevos proyectos térmicos y renovables y con una rentabilidad en dólares desproporcionada”.
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