Nueva York.- Los problemas con la Justicia del senador Bob Menéndez, uno de los políticos hispanos más poderosos en Washington, amenazan con complicar los esfuerzos de los demócratas para recuperar el control del Legislativo.
En Nueva Jersey, un tradicional bastión “azul”, Menéndez tiene por delante una campaña inesperadamente dura para lograr la reelección, según apuntan las encuestas.
Pese a haber salido indemne del juicio por presunta corrupción al que se enfrentó el pasado año, los votantes parecen mantener las dudas y éstas están siendo aprovechadas por su rival, el candidato republicano Bob Hugin, con una dura campaña de ataques.
Los primeros síntomas de la debilidad de Menéndez se dieron en las primarias demócratas del pasado junio, cuando la desconocida Lisa McCormick logró arrebatarle casi el 38 de los votos sin apenas hacer campaña.
Desde entonces, Menéndez ha sido el blanco de repetidos anuncios negativos pagados por la campaña de Hugin, que ha invertido 15 millones de dólares de su bolsillo.
El republicano, en todo caso, tiene una batalla cuesta arriba. Nueva Jersey no elige a un senador de su partido desde 1972 y los candidatos presidenciales demócratas se han impuesto en este estado desde 1988, con un ventaja media de 13 puntos.
Por ahora, las encuestas siguen dando ventaja a Menéndez, pero lo que a priori iba a ser un paseo hacia la reelección aparece como una pelea más y más complicada para el demócrata.
Según un sondeo publicado esta semana por la Universidad de Quinnipiac, Menéndez estaría seis puntos por encima de Hugin, con un apoyo del 43 por ciento de los votantes, frente a un 37 por ciento para el republicano.
El dato contrasta con la ventaja de 17 puntos que disfrutaba el actual senador en una encuesta elaborada por la misma institución el pasado mes de marzo.
“Con el senador Robert Menéndez viendo reducida su ventaja a un dígito, los votantes de Nueva Jersey están enviando un claro mensaje. Están preocupados por las dudas éticas a su alrededor”, explica la analista de la Quinnipiac Mary Snow.
El resto de sondeos confirman la tendencia. En abril, una consulta del instituto Monmouth situaba a Menéndez 21 puntos por encima de Hugin. Para mayo, la distancia era de 4 puntos según la Universidad Fairleigh Dickinson y para julio de tan sólo 2, según otra encuesta de la firma Gravis. Con todos esos datos, la web especializada Real Clear Politics calcula ahora mismo una ventaja de unos 8,3 puntos a favor del senador demócrata.
Queda por ver qué resistencia opone Hugin, pues la campaña de Menéndez ha comenzado recientemente a endurecer sus ataques contra el candidato republicano, basándose entre otras cosas en su pasada gestión como ejecutivo farmacéutico.
Una derrota en Nueva Jersey podría resultar fatal para la aspiración demócrata de lograr en noviembre el control del Senado y poder tener un contrapeso a las políticas del presidente Donald Trump.
Con varios de los escaños en juego prácticamente garantizados para políticos conservadores, el Partido Demócrata debe imponerse en casi todas las carreras competidas si quiere recuperar la mayoría.
Menéndez sigue siendo una figura poderosa en el Capitolio y una de las voces fuertes contra Trump, pero su imagen entre los votantes se ha visto golpeada por las acusaciones de corrupción en su contra.
En 2015 el senador de origen cubano fue acusado por las autoridades de haber aceptado prebendas, entre ellos viajes, de uno de sus donantes, el oftalmólogo Salomon Melgen, a cambio de apoyar sus intereses empresariales en Florida.
De acuerdo con esa acusación, Menéndez ayudó a su amigo en una disputa con funcionarios de salud sobre unos pagos relacionados con servicios sanitarios, así como al instar a las autoridades de la República Dominicana a aceptar un contrato con una empresa de seguridad portuaria propiedad del médico.
El político fue llevado a juicio el pasado año, pero el proceso fue declarado nulo dado que el jurado no alcanzó un veredicto unánime.
Aunque la fiscalía anunció en enero que volvería a procesar a Menéndez, finalmente decidió dar marcha atrás y el senador no tardó en anunciar que optaría a la reelección.
Nacido en Nueva York, el político de 64 años fue elegido por primera vez al Congreso en el año 1992 y es senador por Nueva Jersey desde 2006.