El “Tratado” fuente principal de referencia durante muchos siglos (base, patrón, modelo teórico), de la teoría arquitectónica, fue, paulatinamente desplazado por el “Manual de Arquitectura”. Actualmente la teoría de la arquitectura se presenta bajo forma de discusión fragmentaria en las publicaciones de proyectos y obras en las revistas especializadas, en ensayos, así como en pequeños libros escritos por arquitectos (monografías), además en los cursos universitarios donde se mezclan teoría y praxis pedagógica.

El Tratado en la antigüedad es representado por los escritos de Vitruvio (texto místico siempre citado, pero poco conocido, De Architectura) es un Tratado en latín escrito por Marcus Vitruvius Pollione (arquitecto, ingeniero militar), alrededor del siglo I A.C. Es el único texto sobre arquitectura que ha sobrevivido intacto desde la antigüedad y se convirtió en la base teórica de la arquitectura occidental, desde el Renacimiento hasta finales del Siglo XIX.

En el Medioevo, muy importantes los consejos constructivos, normas geométricas y principios estéticos de las páginas de Villard de Honnecourt. Villard de Honnecourt nació en Picardía y murió hacia el 1250 en Francia. Fue más bien un maestro de obras itinerante, dado que la figura de arquitecto tal como se conoce hoy no existía en aquella época, su nombre ha pasado a la fama porque se han encontrado gran cantidad de dibujos que realizó en sus numerosos viajes.

A partir del De Re Aedificatoria de Leon Battista Alberti, a mediados del siglo XV, se inicia un floreciente periodo de tratados de arquitectura que se extiende a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Entre los Tratados más conocidos, recordemos:

Marcus Vitruvius Pollione, De Architectura Libri decem, I siglo A.C
Leon Battista Alberti,De Re Aedificatoria, 1443 – 1452 publicado en 1485.
Filarete (Antonio Averlino), Trattato di Architettura, 1460 – 1464.
Francesco di Giorgio Martini, Produzione Teorica, 1470 – 1480.
Sebastiano Serlio, I Sette Libri di Architettura, 1537.
Jacopo Barozzi da Vignola, Regola dei Cinque Ordini d’Architettura, 1562.
Andrea Palladio, I Quattro Libri dell’Architettura, 1570.

El interés que puede despertar un tratado depende de la construcción general de los fundamentos disciplinarios, pero sobre todo de la relación de estos con las técnicas de construcción.

En todos los tratados encontramos organizados (en forma unitaria).

1- Las definiciones generales del saber técnico del arquitecto,
2- El Pensamiento Geométrico y Matemático,
3- Los Principios Constructivos
4- Los conocimientos de los grandes Modelos Clásicos,
5- La selección de los lugares de construcción

A partir del concepto del Tratado, se desarrollan cuatro diferentes vertientes:

a- El “ensayo sobre el arte”, por ejemplo, el famoso libro del abate –Marc-AntoineLaugier, teórico e histórico de la arquitectura francés (1713 -1769),
b- La organización histórica (filológica y arqueológica) de la arquitectura,
c- Los manuales de los varios problemas de construcción, por ejemplo, el libro de Jean-BaptisteRondelet (1743– 1829), libro, del 1817, Tratado Teórico y Práctico del Arte de Construir,
d- La reglamentación de la composición arquitectónica a partir de la topología (es decir, el modo de organizar la solución arquitectónica según el estudio de modelos estables y de funciones: la iglesia, la escuela, el hospital, etc.) por ejemplo el tratado de Jean –Nicolas- Louis Durand de 1802.
Naturalmente existen escritos y documentos que no se ocupan directamente de los edificios, por ejemplo, los escritos sobre la evolución y la construcción de jardines, de grandes parques públicos y privados, etc.

Otro tipo de literatura se interesa de las teorías de urbanización y planificación de los territorios urbanos.

La historia de los tratados de arquitectura nos ofrece una variedad de elementos que nos ayudan a entender la evolución de las técnicas de la construcción, los progresos obtenidos y la creciente tecnología.

Un recuerdo especial para el “Arte de Proyectar en Arquitectura”, de Ernst Neufert (1900 – 1986). Neufert fue un arquitecto y profesor de arquitectura alemán, conocido por su colaboración con Walter Gropius (con quien colabora en el diseño del nuevo edificio de la Bauhaus en 1925, en Dessau) sus esfuerzos en el ámbito de la normalización de la arquitectura y sobre todo su famoso libro – manual.

Durante los Siglos XIX y XX son numerosos los documentos que recogen en modo directo las opiniones de los protagonistas de la arquitectura. Sin embargo, los arquitectos no siempre son los mejores jueces del propio trabajo. De todas formas, resulta de gran interés para nosotros conocer cómo se desarrollan las reflexiones que han guiado la elaboración de los proyectos, los principios y métodos aplicados, así como la diferencia entre las intenciones y los resultados finales.

Conocer las experiencias de otros arquitectos no nos debe dejar en una posición neutral como observadores pasivos, debemos acostumbrarnos a escoger y tener nuestro juicio personal. Esto es un mecanismo que debemos continuamente cultivar.

Mirar no es lo mismo que ver, ver las cosas en la lógica de sus mismas interconexiones, entender los criterios y las decisiones son aptas a la intención final, como estas decisiones componen un lenguaje coherente y orgánico, todas estas reflexiones nos ayudan a entender nuestras futuras decisiones, criterios y objetivos proyectuales.