Héctor Gálvan 
El presidente Danilo Medina acaba de cumplir tres años en su gestión de gobierno con uno de los más altos niveles de popularidad que haya tenido gobernante alguno en el país y en pocos países de América Latina y el mundo.
Cuando lanzó la iniciativa presidencial para la competitividad, allí esbozó, ante un grupo de empresarios, su sentir acerca de esos tres años. Han sido dedicados “en cuerpo y en el alma” a que la República Dominicana por fin despliegue todo su potencial productivo, social y económico.
El presidente Medina ha puesto en marcha un nuevo modelo de desarrollo en donde el crecimiento económico ha ido de mano de los derechos sociales. Se ha ido alentando el estímulo social, por medio de la eficacia de muchas políticas públicas. Se han incentivado los microcréditos y la banca solidaria ha contribuído a dinamizar la economía de muchos sectores. A ello hay que agregar las visitas sorpresas que domingo tras domingo realiza a distintos sectores productivos. Al decir del ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, ya van 109 visitas, generando 134 proyectos productivos y comunitarios, que a su vez han generado unos 50 mil empleos directos en el campo, lo que contribuye a mitigar la situación de pobreza.
Más 76 mil millones de pesos han sido adjudicados a arquitectos y desarrolladores de proyectos que han ganado concursos, lo que permite que haya circulación de la masa monetaria. Es un deseo del primer mandatario que se amplíe la clase media, que mucha gente pueda salir de los bajos ingresos y aumentar sus ingresos. Y de alguna manera se ha ido logrando.
El Presidente de la República ha pasado con buenas calificaciones estos primeros tres años de gobierno.
Pero quizas, ahora, lo que quedan son los desafíos y los retos. Por ejemplo: el propio jefe de Estado reconoció que era necesario mejorar los salarios del sector productivo. Y habría que añadir al sector público, como los policías y militares, que ofrecen servicios a la población, aun exponiendo sus vidas en grave peligro, al enfrentar la delincuencia y el narcotráfico.
El tema de la inseguridad ciudadana, la conclusión del tema migratorio haitiano, la terminación de la planta de generación en base a carbón, la mejora del tránsito y la ampliación del Metro y el problema del suministro del agua son algunos de los retos que aún quedan pendientes en este cuarto año, y en la próxima gestión que se iniciará próximamente bajo la conducción del presidente Medina.
Pero que así como hasta ahora ha trabajado con entusiasmo y con optimismo, hablando a través de su conducta y hechos, de seguro el primer mandatario sabrá sortear los nuevos retos y desafíos. Así esperamos.
