Con la lamentable partida de los más grandes políticos José Francisco Peña Gómez, Joaquín Balaguer y Juan Bosch, la nación dominicana quedó sin liderazgo político de esa insuperable talla. Los inaceptables acotamientos políticos recientes confirman la falta de esos líderes. Donde hubo un certamen electoral altamente desigual cuestionado, más un pueblo desorientado sin un verdadero líder que lo guíe, que medie y aconseje a sus actores.
Sin lugar a dudas que no hubo un verdadero líder capaz de aglutinar las fuerzas opositoras en torno a un proyecto de nación competitivo con el reeleccionismo. Lo que ha generado en una crisis pos electoral que podría tener consecuencias antidemocráticas lamentables.
Los dominicanos vivimos un un clima de incertidumbre, de vulnerabilidad del Estado de derecho y coartamiento del derecho libérrimo y sin manipulación a elegir nuestras autoridades.
Es por estas razones que haciendo falta ese gran líder. Luis Abinader y el PRM deberán potencializar sus fortalezas para ir ocupando el espacio de liderazgo que hoy afecta a la nación.
Creemos que Luis Abinader, un político joven, ya cuenta con un real 35% de la aceptación de los ciudadanos y ciudadanas que acudieron a darle sus votos, es el gran ganador junto al novedoso y valiente PRM, que lidió frente al imperio.
De manera, que pronosticamos que el futuro político de Luis ha quedado fortalecido y sin competencia. Solo que desde ahora su compromiso es aprovechar al máximo esa valoración popular.
Esa valiosa oportunidad Luis-PRM, partidos de oposición, convergencia, sociedad civil, sectores comprometidos con un mejor país, se sientan en una mesa de diálogo a unificar criterios, diseñar acciones, políticas, propuestas de gobierno, con miras al 2020. Además de exigir al gobierno cumplimento de las leyes, la Constitución, respeto al Estado de derecho, preservación de la democracia y al sistema de partidos.
Saludamos que Luis continúe apoyando a sus postulantes que reclaman sus votaciones, y respeto a la voluntad del pueblo expresada en las urnas.
Hoy Luis concita la aceptación de una gran proporción del pueblo, donde en este proceso electoral demostró ser un líder acabado, mesurado e inteligente. Con identidad clara en valores e ideas que lo catapultarán al éxito.
La gente ve en Luis poseer los elementos necesarios para ser un real líder político: cambio, esperanza, humildad y un plan de gobierno que de respuestas a las necesidades sentidas de la gente. Además de poseer competencias, carisma, visión de futuro y un liderazgo providenciado.