Despí (Barcelona). El técnico del Barcelona, Luis Enrique Martínez, ha asegurado hoy que, a pesar de la ventaja de seis y siete puntos, respectivamente, sobre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, sus jugadores son “cautos” y creen que la Liga no está ganada. El entrenador azulgrana ha negado que se respire euforia dentro del vestuario azulgrana, que, en su opinión, tiene “objetivos claros, muy bien enfocados». “Si yo viera euforia o algo descontrolado en el día a día del vestuario, estaría preocupado.
Pero veo a un equipo con los objetivos muy claros, muy bien enfocados y que sabe que todo está por conseguir. La dificultad está en conseguirlo al final de temporada”, ha señalado. En este sentido, se ha mostrado convencido de que el Atlético de Madrid y el Real Madrid competirán hasta el final para discutirles el título.
“No pensamos que sea una Liga cerrada, está muy abierta, seguro. La vamos a competir los tres de arriba, seguro. Hasta que alguien sea matemáticamente campeón, nadie se dará por vencido”, ha pronosticado.
El preparador azulgrana ha realizado estas declaraciones en la rueda de prensa previa al encuentro liguero que el Barcelona disputará mañana (16.00 horas) ante la Unión Deportiva Las Palmas. Si bien el de mañana es un rival que se encuentra en zona de descenso, Luis Enrique ha alertado de las dificultades que tendrán para conseguir los tres puntos. “Es un equipo complicado que está en la zona de riesgo y que nos va a obligar a correr detrás del balón; es atrevido, le gusta tener el balón y será un rival más que complejo”, ha analizado el preparador asturiano, quien ha opinado que los isleños “tienen argumentos para estar más arriba en la clasificación».
En Las Palmas, si no se produce un cambio de última hora, estará el tridente ofensivo formado por Suárez, Messi y Neymar, que en la presente temporada ha fallado más penaltis de lo habitual, el último de ellos en Gijón, lanzado por el uruguayo. Luis Enrique ha reconocido que la efectividad en las penas máximas es uno de los aspectos en el que sus jugadores se han mostrado más irregulares- “Se pueden hacer porterías más grandes, como las de rugby -ha bromeado-, pero está bien que no seamos buenos en los penaltis, porque así tenemos algo en lo que mejorar».