Lula niega ante un juez haber intentado obstruir investigación del escándalo Petrobras

Lula niega ante un juez haber intentado obstruir investigación del escándalo Petrobras

Brasilia. El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva negó este martes ante un juzgado de Brasilia haber intentado obstruir las investigaciones del escándalo Petrobras, como denunció un exsenador del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Un puñado de simpatizantes aclamó al exmandatario de izquierda (2003-2010) cuando ingresó en automóvil a la sede del tribunal, poco antes de las diez de la mañana (13H00 GMT), informaron reporteros de la AFP.

Este proceso, uno de los cinco que enfrenta el popular exmandatario, se abrió en julio pasado, después que el exsenador Delcidio do Amaral lo involucrara en un plan para comprar el silencio de un exdirectivo de Petrobras.

Pero Lula niega todos esos cargos y los atribuye a una campaña para bloquear su eventual candidatura a la presidencia en las elecciones de fines de 2018.   «Nunca tuve ninguna preocupación con ningún testimonio de cualquier empresario o director de Petrobras», afirmó Lula, vestido con un traje oscuro y una corbata a rayas.

Según la acusación, Lula habría intentado comprar el silencio del exdirector del área Internacional de Petrobras Nestor Cerveró, que se aprestaba a firmar un acuerdo con la justicia y proporcionar detalles sobre el funcionamiento del esquema de sobornos en la petrolera estatal.

Habría actuado en complicidad con el banquero André Esteves (expresidente de BTG Pactual), el empresario ganadero y amigo de Lula José Carlos Bumlai y el propio Amaral.

Su comparecencia ocurre en un momento de gran tensión en Brasilia, donde se espera que el fiscal general Rodrigo Janot presente esta semana ante el Supremo Tribunal Federal decenas de pedidos para abrir nuevas investigaciones contra políticos con fueros privilegiados, basándose en la confesión de 78 exejecutivos de la gigante Odebrecht.

La constructora admitió que entregó cientos de millones de dólares en sobornos a políticos, dentro y fuera de Brasil. Esas acusaciones amenazan con llevar a la cárcel a numerosos políticos y tienen potencial para anular el resultado de la reelección en 2014 de la presidenta Dilma Rousseff (heredera de Lula) y de su vicepresidente conservador Michel temer, quien la sucedió el año pasado, tras la destitución de la mandataria de izquierda en un proceso de impeachment por manipulación de las cuentas públicas.

Lula enfrenta cinco causas judiciales en tribunales de Brasilia y Curitiba (sur) por corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias.