El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que lidera los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de 2022 pese a que no ha formalizado su candidatura, afirmó este martes que nunca tuvo tantas ganas de ser presidente de Brasil como ahora.
“Yo aún no soy candidato. Pero estoy en la fila. Voy a confesarles que nunca tuve tantas ganas de ser presidente igual a las que tengo ahora con 75 años”, aseguró el líder socialista y que entregó su mandato (2003-2010) como el gobernante más carismático en la historia del país, en un mensaje en sus redes sociales.
“No tengo derecho a jubilarme ni a quedarme quieto ni a cargar odio. Y el PT (Partido de los Trabajadores) tiene la obligación de volver (al poder). Más adelante definiremos la candidatura”, agregó el líder y fundador de la mayor formación de izquierda de América Latina.
Lula ha admitido su intención de disputar las presidenciales de 2022 desde que, en noviembre de 2019, abandonó la cárcel en la que cumplió 580 días por dos condenas por corrupción. Esas aspiraciones las reforzó este año luego de que la Corte Suprema anulara los procesos por los que fue sentenciado y lo habilitara políticamente de nuevo, ya que había perdido el derecho a disputar elecciones por haber sido condenado en dos instancias.
Pese a que sus correligionarios consideran su candidatura como un hecho, Lula ha aclarado que sólo aceptará la postulación en caso de que tenga condiciones y de que las fuerzas de izquierda le pidan liderar una campaña para derrotar al actual presidente de Brasil, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, su principal adversario político y que aspira a ser reelegido.
El expresidente volvió a abordar su posible candidatura tras haber iniciado el domingo una gira de diez días por seis estados del noreste de Brasil, la región más pobre del país y bastión electoral del PT, para entrevistarse con dirigentes políticos y sociales.
“Pensé que había cumplido la misión de mi vida cuando conseguimos retirar a Brasil del mapa del hambre. Pensé que mi trayectoria de lucha había acabado. Y fue entonces que aprendí una cosa, que un ser humano que tiene una causa sólo para de luchar cuando muere”, dijo el exmandatario sobre el reinicio de sus actividades políticas.
“Estoy con muchas ganas de conversar y hacer alianzas políticas. Sólo no renuncio a una cosa- que el pueblo sea incluido en el presupuesto. De aquí en adelante no vamos a parar nunca. Vamos a viajar por este país”, aseguró al referirse a las conversaciones que ha tenido con dirigentes de diferentes partidos para montar una amplia coalición para las elecciones del próximo año.
En Recife, mayor ciudad del noreste y primera escala de su gira, Lula se reunió con importantes dirigentes del Partido Socialista Brasileño (PSB), un histórico aliado del PT pero que se apartó en los últimos años por los escándalos de corrupción que salpicaron a la formación progresista.
El líder socialista inicia su gira por el noreste precisamente en el momento en que Bolsonaro promueve un nuevo programa de distribución de subsidios para los más pobres, que supera en valores y alcance al “Bolsa Familia” de Lula y que favorecerá principalmente a las familias de la región y podrá tener fuerte efecto electoral.
De acuerdo con las últimas encuestas, si las elecciones de octubre de 2022 fueran hoy, Lula ganaría, con el 46 % de los votos, y Bolsonaro quedaría segundo, con 25 %.