Georgetown, 28 de Febrero (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, urgió este miércoles a los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), durante una cumbre regional en Georgetown, a apoyar la fuerza de paz multinacional que será enviada a Haití.
“Son de suma importancia la implicación de la región caribeña en la misión multinacional de la ONU y el empeño del grupo de personalidades eminentes de la Caricom en la mediación entre las fuerzas políticas haitianas”, dijo Lula en un discurso que ofreció como invitado en la cumbre de la Caricom.
Lula recalcó que la crisis de seguridad en Haití “solo se resolverá con progreso en el proceso político” en el país caribeño, e invitó a “actuar con rapidez” para aliviar la grave crisis económica y de seguridad que afecta a la población.
“Desafortunadamente la comunidad internacional no hizo caso cuando Brasil alertó de que el esfuerzo de estabilización no sería sostenible sin apoyo masivo al desarrollo y al fortalecimiento institucional del país”, comentó Lula, cuyo país lideró la Misión de Naciones Unidas (Minustah), desplegada entre 2004 y 2017.
El líder brasileño dijo que, actualmente, su país está ofreciendo entrenamiento a la Policía Nacional Haitiana y va a inaugurar un centro de formación vocacional, en el sur del país, con un costo de 17 millones de dólares.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, que también participa en la cumbre de la Caricom, viajará la próxima semana a Kenia para ultimar los detalles del despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), autorizada por la ONU y que estará liderada por el país africano.
La fuerza internacional será liderada por Kenia, aunque el despliegue de la misión de seguridad está sufriendo retrasos, ya que el plan ha sido bloqueado por los tribunales kenianos.
Haití atraviesa una crisis de seguridad sin precedentes desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, y su capital, Puerto Príncipe, está tomada por bandas armadas.
Según datos de la ONU, en 2023 fueron asesinadas en Haití 4.789 personas, 1.698 resultaron heridas y 2.490 secuestradas, siendo la tasa de homicidios en el país de 40,9 por 100.000, el doble del año anterior y una de las más altas del mundo.