Yo no sé si es verdad, como dicen que dijeron hace unos días las autoridades, que en este país donde el día más claro llueve o te asaltan camino a tu casa han disminuido los robos y atracos, pero todos conocemos a alguien que por experiencia propia opina lo contrario, aunque para demostrarlo no tenga en las manos, como los técnicos del gobierno, las estadísticas impresas en papel con membrete. ¿Cuál es la verdad? ¿La que viven día a día los ciudadanos o la que pintan las autoridades competentes?
Para mi esa es una respuesta irrelevante, como también lo sería llegar a saber quien tiene finalmente la razón. Y eso lo digo, lo sostengo y lo sostendré mientras en este país podamos leer en un periódico, como si se tratara de una noticia sin importancia que no necesita mucho espacio ni mucha atención de los lectores, que en Barahona un hombre fue apresado por haberse robado ¡siete postes de luz y un transformador!
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El nombre del susodicho no importa, solo que está “en manos de las autoridades para los fines legales correspondientes”. Pero la noticia de cuatro párrafos apenas alcanza para decirnos que fue apresado por la Policía luego de esta haber recibido denuncias de los afectados, que se dieron cuenta con el apagón. Por eso nos quedaremos sin saber cómo pudo, él solito, robarse esos siete postes de luz con todo y transformador, en qué los transportó, a dónde los llevó y para qué los necesitaba.
Parece que eso no le interesó a la Policía que lo apresó, ni al fiscal que lo interrogó, ni al juez que mandó a trancarlo; pero tampoco le importará al juez que dentro de un año lo regresará a las calles, sin reparar en que esa es una de las razones por las cuales nuestros delincuentes exhiben niveles de reincidencia tan altos, según estudios.
A estas alturas alguien podrá decir que todo lo anterior es un invento, que esas cosas no pasan en ningún país del mundo, y créame que yo hubiera dicho lo mismo si no lo hubiera leído en un periódico serio de circulación nacional.