María Del Mar Mejía Ruiz 
Al son de una canción y en medio de un mar de lágrimas, la familia del niño de 11 años sepultó hoy el cuerpo del menor quien resultó muerto presuntamente por los golpes propiciados por su madrastra, Emilia Suárez.
Con el rostro desfigurado de tanto llorar, la madre del infante Levinson de la Rosa, insistió que nadie conoce su dolor por la pérdida de su hijo. “Nadie sabe lo que siente mi corazón, nadie lo sabe”, expresó antes de romper en llanto.
Aseguró que la única culpable de la tragedia es la madrastra del pequeño. “La única que tiene la culpa es ella. Ella fue quien lo mató. Lo puso psicológicamente mal. El niño decía que no, que ella no le hacía nada”.
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Por su parte, la tía del menor exclamó que “quiere justicia, que caiga todo el peso de la ley porque fue muy injusta con ese niño que no se podía defender”.
“Es un abuso, nos mostraba una cara y con él hacia otra. Nunca nos enteramos. Sabíamos que ella era recta y decía que lo estaba educando. Lo maltrató, lo mató”, agregó la pariente.
Quienes asistieron a dar el último adiós coincidieron en que quieren justicia para la responsable del atroz acto de violencia.
«Queremos justicia. Los niños no se defienden. Lo que ella hizo fue una catástrofe. Queremos justicia. Son 30 y que le metan 10 más», señaló una mujer.
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Algunos comentaron que la presunta asesina tenía al menor psicológicamente sugestionado.
El menor de 11 años murió el pasado miércoles. La familia alega que la causa del fallecimiento se debe a los golpes recibidos de su madrastra.
El hecho ocurrió en la calle 8 del barrio Los Ángeles, en el kilómetro 13 de la autopista Duarte.
Ese mismo día la Policía Nacional procedió al apresamiento de Suárez, la señalada como autora del asesinato.
