Mañana finaliza un período de gobierno y comienza el otro

Mañana finaliza un período de gobierno y comienza el otro

Teófilo Quico Tabar

Mañana 16 de agosto termina el mandato 2020-2024 del presidente Luis Abinader y el mismo día comienza el nuevo período 2024-2028, lo que sin necesidad de muchas explicaciones crea en la población variadas y diferentes expectativas, lo que es normal. Porque al tratarse de un nuevo período constitucionalmente establecido y aunque sea el mismo presidente, casi todo el mundo espera novedad, por las razones que sean. Ya sea en los miembros del mismo partido del Presidente y sus aliados, en las filas opositoras y en los que no pertenecen necesariamente a alguna organización política, de cualquier manera sienten curiosidad y suspenso por la novedad.

A partir del mismo viernes 16, el fin de semana y días subsiguientes, la mayoría de las gentes estarán atentas a lo que ocurra. Pendientes de lo que pueda decir el presidente, pero más aún, estarán comentando sobre posibles cambios. Sin saber o conocer quiénes están en posiciones gubernamentales ni probablemente conocer a los que pudieran ser cambiados o designados. Pero será noticia. Lo comentarán, recibirán mensajes y correos y los reenviarán. Aunque solo sea para ponerse a tono con lo novedoso.

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Porque el inicio de un período de Gobierno, aunque sea del mismo presidente, crea expectativas. Propio de la naturaleza de la gente y sobre todo la nuestra. Y eso no es malo. Por el contrario. La gente, con esperanzas, se pone pilas nuevas y en cierto modo empujan a que los que entran o permanezcan en alguna gestión gubernamental a que también se carguen las pilas. Porque lo nuevo es nuevo. Y todo el mundo de alguna manera quisiera que esa novedad le sea positiva.

Los cambios de Gobierno como la mayoría de los cambios se reflejan en la sociedad. Crean la sensación de esperanzas, pero en algunos de angustias. Y es un deber de los que dirigen esos procesos, mantener vivas las esperanzas que la gente se forja en torno a esos fenómenos, sucesos o procesos. Por eso la importancia en tener plena conciencia de que, con la llegada de algo nuevo, como el caso de un nuevo período, hay que despejar cualquier angustia y convertirla en esperanzas positivas.

En que las cosas les van a mejorar, incluyendo a los que no necesariamente simpatizan con ese gobierno o presidente, en virtud de que su compromiso es el de gobernar para el país entero. Y eso tienen que tenerlo presentes con más vigor, los dirigentes, miembros y funcionarios del Gobierno que asume el nuevo período. Saber, además, que otras personas también tienen derecho a participar. Ser consecuentes.

Particularmente entiendo que, sin importar de qué lado pueda estar ubicado políticamente cada ciudadano dominicano, sobre todo los creyentes en Cristo Jesús, debemos pedirle a Dios que ilumine la mente y camino del presidente. Que les dé las fuerzas necesarias para mantener bajo observación las acciones de sus funcionarios. Que podamos continuar viviendo en paz y democracia. Mantener el esfuerzo permanente en solidificar nuestra institucionalidad. Que estos cuatro años que se iniciarán a partir de mañana puedan ser un trayecto en el cual la gente mantenga las esperanzas y la confianza. Y el Gobierno y como los demás sectores, partiendo de un principio cristiano, procurar o buscar la perfectibilidad.