Pennsylvania. — Una manifestante topless con las palabras “Women’s Lives Matter” (Las vidas de las mujeres importan) escritas en su cuerpo saltó una barricada y llegó a estar a pocos metros de Bill Cosby el lunes mientras el comediante caminaba hacia una corte en un suburbio de Filadelfia para el inicio de su nuevo juicio por abuso sexual.
La mujer no identificada corrió en frente de Cosby, hacia una bancada de camarógrafos de TV, pero fue interceptada por agentes y sacada con esposas.
Cosby pareció sobresaltado por la conmoción mientras una media docena de manifestantes protestaban en su contra.
“Es un mundo diferente. Las cosas han cambiado”, dijo Wyatt a The Associated Press en referencia a los recientes tiroteos masivos y otros sucesos. “Nunca se sabe quién querrá hacerse un nombre”.
La interrupción se produjo antes de las declaraciones de apertura, que se retrasaron mientras el juez revisaba alegatos presentados el viernes por la noche de que un miembro del jurado le dijo a una mujer durante la selección que pensaba que Cosby era culpable. Los abogados de Cosby quieren que este jurado sea retirado del caso.
Los fiscales han preparado a un desfile de acusadoras para presentar su caso de que el hombre venerado como el “Papá de Estados Unidos” llevaba una doble vida como uno de los más grandes depredadores de Hollywood.
Cosby contraataca con un nuevo abogado de alto perfil y una estrategia agresiva: atacar a la acusadora Andrea Constand como una embustera avara y presentar a las otras mujeres que testifiquen en el juicio como acusadoras de arrastre en busca de un momento bajo los reflectores.
El primer juicio de Cosby el año pasado terminó sin que el jurado pudiera alcanzar un veredicto unánime tras cinco días de deliberaciones tensas por cargos de que el hombre que hizo reír a millones como el sabio y comprensivo doctor Cliff Huxtable en la popular serie de TV “El Show de Cosby” drogó y abusó de Constand en su casa a las afueras de Filadelfia en el 2004.
El comediante de 80 años, que ha dicho que el encuentro fue consensual, enfrenta tres cargos de ataque indecente agravado y podría ser sentenciado a hasta 10 años de cárcel por cada uno de ellos.
Su nuevo juicio se produce en un ambiente radicalmente distinto y potencialmente más hostil. El movimiento #MeToo estalló cuatro meses después del primer juicio, concientizando sobre la violencia sexual y derribando a figuras como Harvey Weinstein, el senador Al Franken, Matt Lauer y otros hombres poderosos.