¡Marcharemos y venceremos!

¡Marcharemos y venceremos!

Jhonatan Liriano

La acogida a la convocatoria de la Marcha del #FindelaImpunidad del próximo domingo 22 de enero crece de manera exponencial e indetenible. Desde Brasil, Perú, Ecuador y Panamá siguen llegando informaciones de los avances de los procesos judiciales contra la empresa Odebrecht y los funcionarios que gestionaron o recibieron los sobornos, mientras en nuestro país la Procuraduría General de la República y el gobierno de Danilo Medina juegan a hacer teatro para ganar tiempo. Pero cada paso, cada montaje como la Comisión para el Encubrimiento del Presidente o los plazos vacacionales dados a los ejecutivos de la constructora para que entreguen documentos  solo sirven para aumentar la indignación.

A partir de hoy la arremetida mediática del oficialismo para desalentar la marcha será brutal, directa o indirecta, pero brutal.

Nos dirán mil veces que en Punta Catalina no hubo problema de ningún tipo porque la gestión de Danilo es transparente, mientras nosotros recordaremos la denuncia de sobrevaluación por más de mil millones de dólares y la renuncia del actual ministro de Economía a firmar en su condición de jurado la licitación para favorecer a Odebrecht.

Repetirán por diferentes vías que el problema es Ángel Rondón y que deberíamos concentrarnos en pedir que lo manden a la cárcel. Pero seguiremos pendientes de la investigación de los funcionarios que pudieron participar de la estructura mafiosa de la multinacional brasileña (incluidos Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina).

Por uno de los lados acusarán a Odebrecht de ser la única mala de la película y pedirán que la Dirección de Compras y Contrataciones la inhabilite para contratos a futuro, mientras nosotros y nosotras exigiremos que deje de operar en Punta Catalina y se realice una auditoría independiente de todas sus obras, desde el 2001 a la fecha,  porque el robo de las sobrevaluaciones seguro es inmensamente mayor que el de los sobornos.

Querrán convencernos de que la marcha es de los partidos políticos e intentarán descalificar a los organizadores por diferentes vías, pero el pueblo seguirá preparando su vestimenta verde para asistir en masa y sin banderas de partidos, porque ese cuento es más viejo que “racá”.

Intentarán que nos quedemos sentados en la casa porque en la manifestación podrían participar algunos impuros, y les diremos que esto no es un asunto de buenos contra malos sino de hacer justicia. Iremos a demostrar que, aunque en el Palacio crean que nos han reducido a pensar solo en arroz con habichuela, en República Dominicana abundan los hombres y mujeres con hambre y sed de Justicia.

Medios de comunicación, opinadores mercenarios, grupos empresariales, “especialistas” tarifados, cuerpos de seguridad del Estado, y la maquinaria en pleno del PLD  harán de todo por instalar la idea de que la marcha será violenta o una simple muestra de indignación que no servirá para nada. ¡Quieren quitarnos hasta el derecho a indignarnos! Pero nosotros iremos con amigos, padres, hermanos, parejas, hijos y otros familiares a construir un nuevo futuro con cada paso.

En este país inmovilizado, atado por las cadenas del clientelismo y los diferentes mecanismos de control del partido cartel, nos bastará con decir juntos, y a una sola voz,  que el caso Odebrecht tiene que ser el fin de la cultura y la estructura de impunidad instaladas en la sociedad dominicana.

Este domingo 22 de enero, a las 10:00 de la mañana, partiendo de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, llueva, truene o ventee, ¡marcharemos y venceremos!

 

 

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