George Latour Heinsen

Mario Botta es uno de los arquitectos contemporáneos más populares de renombre mundial, sus obras combinan cualidades estéticas con un fuerte valor ético. La arquitectura de Mario Botta es la búsqueda y construcción de un espacio en el que la imagen estética refleja el placer de vivir. El orden y la simetría son las principales características de las numerosas obras creadas por el arquitecto.

En los años 80 y 90s las casas diseñadas por Botta en las bellas colinas alrededor de la ciudad de Lugano, influenciaron a muchos jóvenes estudiantes y arquitectos de todo el mundo, casas extremadamente simples de formas geométricas puras y materiales “a vista” lo que demuestra su pasión por el arte de la construcción.

Nacido en Mendrisio (Suiza) en 1943, Mario Botta se graduó en el Liceo Artístico de Milán, continuando sus estudios en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV).

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Venecia fue un lugar de gran crecimiento y encuentros decisivos en la definición de la arquitectura de Botta. Aquí, de hecho, conoció y trabajó con Le Corbusier y Louis I. Kahn, y se graduó en 1969 con los asesores Carlo Scarpa y Giuseppe Mazzariol. Su carrera comenzó oficialmente en 1970, con la apertura de un estudio de arquitectura en Lugano. El estudio Mario Botta Architetti, trasladado a Mendrisio en 2011,

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Importantes proyectos internacionales, inspirados en una filosofía que mira el espacio desde múltiples perspectivas.

Su arquitectura, influenciada por maestros como Le Corbusier (con quien colaboró en 1965 en el proyecto del nuevo hospital de Venecia), Aldo Rossi, Carlo Scarpa (con quien montó la exposición dedicada al proyecto del nuevo Palazzo dei Congressi de Venecia de Louis Kahn), se caracteriza por un espacio arquitectónico fuerte y geométrico, por el uso de volúmenes puros sabiamente encajados entre sí y por el color rojo ladrillo.

Sí, porque a menudo las principales obras de Mario Botta son realizadas con materiales naturales, en particular el ladrillo y la piedra, elegidos por su versatilidad y durabilidad.

La arquitectura de Mario Botta es pragmática, dominada por geometrías sencillas y ordenadas, realzadas por la luz que da forma al espacio. La simetría de las formas va acompañada del respeto y estudio del territorio y su historia, considerada parte integrante del propio edificio. Ha declarado que la arquitectura «es capaz de transformar la naturaleza en cultura».

La arquitectura es la disciplina que organiza el espacio vital del hombre. Esto significa que el hombre da forma a la naturaleza «virgen» con su propio pensamiento y racionalidad. El arquitecto tiene la posibilidad de modificar un equilibrio existente en un intento de proponer uno nuevo con un valor agregado.

El primer signo de construir es superponer una piedra a la tierra: todas las arquitecturas llevan en su seno esta condición absoluta de ser parte del suelo. A través de la obra construida, el hombre perpetúa el enfrentamiento con la madre tierra y realiza una acción que transforma una condición de la naturaleza en un hecho de la cultura. Colocar un artefacto en el suelo es un desafío al equilibrio existente en la búsqueda de nuevos valores ambientales capaces de ser testigos y espejos del propio tiempo.

Entre decenas de obras importantes de Botta, mencionamos el Museo de Arte Moderno de San Francisco (SFMOMA), terminado en 1995. El museo, de hecho, se desarrolla horizontalmente, distinguiéndose entre los rascacielos a su alrededor que tienden abruptamente hacia arriba. El punto focal de la estructura de acero, revestida con paneles prefabricados de ladrillo, es un gran lucernario cilíndrico que ilumina el museo, como diría Aldo Rossi “un hito de identidad” de la ciudad.

El edificio es una presencia icónica en el paisaje urbano de San Francisco. Desde su inauguración en 1995, el edificio se ha convertido en una de las atracciones principales de South of Market, en el centro de la ciudad. Este fue el primer edificio que Botta construyó en América y también su primer museo importante.