Más de una persona está pesimista sobre el futuro de la actual Cámara de Cuentas. Pero una voz interna y autorizada, como la del actual miembro titular, Mario Fernández, entiende que todavía se puede combatir la corrupción y la impunidad desde este pleno.
“Sí, entiendo que aún en la disidencia todos queremos lo mejor para nuestro país. Confío en Dios y creo que aún existe una oportunidad”, dice al tiempo que resalta que esta Cámara de Cuentas ha sido prolífera en auditorías e informes especiales.
De ahí, que no crea oportuno un juicio político, dado que, a su parecer, no hay faltas insalvables, no hay corrupción entre los miembros y las diferencias, más que de criterios, son de carácter técnico, por lo que entiende se pueden superar.
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Solicita una comisión los acompañe
Para Fernández, que el órgano fiscalizador se sobreponga a lo que él califica como desencuentros, es de vital importancia y apuntala al beneficio del interés supremo, que es el país, a la credibilidad de todos los miembros, a la justicia y también al fin de la impunidad.
En aras de lograrlo, recomienda permitir que lo mejor de la auditoría técnica y del compromiso social, asista a quienes integran el actual pleno de la Cámara de Cuentas.
“Aceptemos el acompañamiento para el cumplimiento de los acuerdos, dejando de lado todo prejuicio y aceptando con humildad lo más eficiente y justo. Algunos temas se pueden resolver a corto plazo y otros a no más de seis meses”, expresó, reiterando ese corte optimista.
En ese sentido, coincide con el presidente Janel Ramírez en proponer una comisión de acompañamiento, preferiblemente de la sociedad civil y así evitar sesgo de carácter político, para que se garantice el cumplimiento de los acuerdos suscritos, porque se han firmado cuatro y no lo han podido implementar de manera oportuna.
¿Cuáles instituciones deberían formar parte de esa comisión? Mencionó al Instituto de Contadores, de auditores, al Centro Juan XXIII y al Centro Bonó.
A lo anterior agrega la recomendación de la implementación de la Dirección de Inteligencia Monitoreo Efectivo y Preventivo (DIMEP) que implicaría el uso de inteligencia artificial y tendría resultados históricos.
Indica además que la gestión de calidad permitirá que salgan todas las auditorías e investigaciones especiales que hayan cumplido con todas las verificaciones del proceso auditor.
¿Qué fue lo que falló?
Cuestionado en relación a qué salió mal en la conformación de esta Cámara de Cuentas que no se han llenado las expectativas que sobre ella se forjó la sociedad, indicó que es un asunto del cual no tiene competencia, porque no participó en la preselección entre 438 aspirantes.
Lo que está en juego
El miembro de la Cámara de Cuentas ve en este tranque un elemento fundamental. El celo por la calidad de las auditorías es un compromiso con el debido proceso y, con un régimen de consecuencias.
Dijo que lo misional del órgano de control externo del Estado dominicano es vigilar el fiel cumplimiento de las normas internacionales de auditorías, el debido proceso auditor, las leyes y la Constitución.
De ahí, que piense que eludir este asunto compromete la garantía de que se sostenga un proceso penal, la persecución de la corrupción y la jurisprudencia de la impunidad, y, por el contrario, podrían ser compromisarios con un eventual lavado de activos.
Por eso, explicó, enfatiza en el cuidado con la debida gestión de calidad, que habla de la institución y del compromiso con la lucha contra la corrupción y la impunidad.
No quieren que la Cámara de Cuentas sirva
Confrontado sobre si la Cámara de Cuentas está politizada o si hubo reparto, Fernández señaló que no puede deducir esa afirmación pero que sectores con intereses diversos no quieren que la Cámara de Cuentas sirva un producto de calidad incuestionable.
Sin embargo, dice se mantiene firme pues cree que: “A la justicia le hacemos un pobre servicio si entregamos una auditoría que al ser evaluada por los mejores auditores del país, no se sostenga, la que puede pagar la corrupción sin dolor alguno”, aseveró.
Janel Ramírez no es un acosador ni un abusador
Como un falso relato. Así calificó Mario Fernández la acusación de acoso contra Janel Ramírez, presidente de la Cámara de Cuentas.
La intencionalidad de la misma, entiende, fue construirle un falso perfil de un abusador- acosador para eliminar el respaldo del segmento que constituye la mitad de la población más uno, las féminas, y de todas las organizaciones de la sociedad civil que tienen carácter feminista o social.
Explicó que un acoso no se da en combo ni dos días de un año, y que implica una especie de intercambio de una promoción o gratificación.
Sin embargo, aseguró, en el referido caso no hay una propuesta de carácter sexual o de una promoción.
Al preguntársele sobre el contexto del contacto de Ramírez con las empleadas, explicó que esos primeros días de diciembre del año 2021, la institución estaba trabajando de 18 a 20 horas diarias.
Agregó que Ramírez ha trabajado en el sector privado y público, donde, hasta hoy, nunca se le ha señalado como un acosador ni un abusador.
Adicional a esto, Fernández aseveró que Janel es un muchacho que se ha superado en base a sacrificios, un joven que ha venido de abajo, que estudió con becas, sobresaliente, e hijo de padres profesores.
“Se trata de una persona que es un referente de un target: los jóvenes pobres y negros”, dijo.
Niega que Ramírez adolezca de falta de gerencia, sino que es un técnico con experiencia en firmas internacionales y locales, donde ha dejado un legado institucional.
Refirió que procedimientos de la autoría del presidente, se aplican hoy en la Dirección de Contabilidad Gubernamental.