Mariúpol a punto de caer en mano de rusos

Mariúpol a punto de caer en mano de rusos

Militares ucranianos sentados en un autobús tras ser rescatados de la asediada planta siderúrgica Azovstal de Mariupol

Mariúpol parecía estar a punto de caer en manos de los rusos este martes, luego de que Ucrania se dispuso a abandonar la planta siderúrgica en la que cientos de sus soldados habían resistido durante semanas bajo un incesante bombardeo.

La captura de Mariúpol la convertiría en la mayor ciudad tomada por las fuerzas de rusas en la guerra hasta el momento, y daría al Kremlin una muy necesitada victoria, aunque el paisaje ha quedado reducido en gran parte a escombros.

Más de 260 soldados ucranianos, algunos de ellos gravemente heridos y sacados en camilla, abandonaron ayer, lunes, las ruinas de la planta de Azovstal y se entregaron al bando ruso, en un acuerdo negociado por las partes en conflicto. Las autoridades ucranianas dijeron que estaban trabajando para extraer a los soldados restantes de la enorme planta siderúrgica. No quisieron decir cuántos seguían allí.

La ciudad de Mariúpol ha sido gravemente atacada por las tropas rusas
La ciudad de Mariúpol ha sido gravemente atacada por las tropas rusas

Rusia lo calificó de rendición. Los ucranianos evitaron esa palabra, y en su lugar dijeron que la guarnición de la planta había completado su misión y que no había manera de rescatar a sus miembros militarmente en una ciudad controlada por Rusia.

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«Ucrania necesita que los héroes ucranianos estén vivos. Es nuestro principio», declaró el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky al anunciar que las tropas habían comenzado a abandonar la fábrica y su laberinto de túneles y búnkeres.

El viceministro de Defensa ucraniano, Hanna Maliar, expresó su esperanza de que los combatientes fueran intercambiados por prisioneros de guerra rusos. Pero Vyacheslav Volodin, presidente de la cámara baja del parlamento ruso, dijo sin pruebas que había «criminales de guerra» entre los defensores y que no debían ser intercambiados, sino juzgados.

La operación de abandono de la planta siderúrgica supuso el principio del fin de un asedio de casi tres meses que convirtió a Mariúpol en un símbolo mundial tanto de desafío como de sufrimiento.

Los bombardeos rusos mataron a más de 20,000 civiles, según la parte ucraniana, y dejaron a los habitantes sin apenas comida, agua, calefacción o medicinas.