El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), desde su fundación le ha tocado vivir múltiples crisis, como a todas las organizaciones políticas, pero ninguna tan intensa y agotadora como la que atraviesa actualmente, a tal punto que sus dirigentes lleguen a pensar en la hecatombe del partido.
La lucha de poder intensificada por el expresidente de la República, Leonel Fernández y el hoy presidente, Danilo Medina, ha afectado a los seguidores de ambos, abriendo heridas fruto a los temas que decidirían el futuro de las organizaciones políticas en la República Dominicana, las cuales han sido difícil de cerrar.
Seguidores que poco disimulan la embriagues de poder generada por los triunfos electorales del PLD, que sin dudas colocan la organización como la más exitosa del país. Estado que les ha impedido entender que el PLD va más allá de Leonel y Danilo.
Que las opiniones plurales y diversas coexistan, así como las reglas, controles y poderes divididos, eso es democracia, sin olvidarse, jamás, que los intereses institucionales deben estar por encima de los individuales.
Vivimos en un país donde tratamos de imitar a otros en diversas áreas, pero que nunca hemos optado por emular y practicar la “transición democrática”, que bien se manifiesta en los Estados Unidos, a quienes usamos como referencia con mucha frecuencia.
En reiteradas ocasiones, Leonel Fernández ha dicho que la organización que preside se mantendrá en el poder hasta el año 2044, una especie del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, el cual gobernó durante 71 años los destinos de su país. Sin embargo, con las acciones de los principales actores leonelistas y danilistas en el marco de la actual crisis interna, parecería que con mucha dificultad llegarían al 2024.
Talentos, es lo que sobra en el PLD, gente que representen carta de nuevos triunfos electorales también. No obstante, existe mucho temor a la expresión de ideas innovadoras, con destino a la renovación y que coloquen la institución acorde con la democracia moderna.
Para que el éxito no se lleve al PLD a la tumba estando en el poder, como ha pasado con otros partidos del sistema, la madurez política de sus dirigentes debe parar las vacaciones y con mucha responsabilidad deben reflexionar que; “El PLD va más allá de Leonel y Danilo.