Viajo frecuentemente por la misma línea aérea y muchos me preguntan por qué, si para ellos es la peor tratando a sus clientes y mi respuesta es la misma para todos: “Porque es la menos mala” y eso aplicaría para entender por qué la mayoría en las pasadas elecciones se decidió por reelegir al presidente Abinader; no porque era el más buen candidato, sino porque era “el menos malo” como ha sucedido casi siempre en nuestros eventos electorales de las últimas décadas.
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Pero tampoco lo anterior es la verdad absoluta, pues la razón fundamental para que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fuera aplastado por la votación de la ciudadanía fue, y seguirá siendo, lo inmensa y desvergonzada que fue la conducta de algunos de sus dirigentes, apoderándose de los dineros del Estado con actos de corrupción sin precedente alguno que pudiera comparársele. Y termino con un refrán de dominio popular que no pasa de moda y que el pueblo aplicó: “Ladrón que me roba una vez, pendejo es; si me roba dos, pendejo YO”.