Los compradores de autos usados sufrieron un impacto debido al aumento de los costos de los vehículos, y se teme que el incremento continúe, prevé el concesionario Edmunds, quien destacó que el alza promedio en noviembre de 2021 fue de $29,011.
Resaltó que se trata de un gran aumento del 21.4% respecto al mismo periodo en 2020, cuando el costo promedio era de $22,679.
Se consigna que más de dos millones de compradores de autos usados están comprando “vehículos muy sobrevalorados”, mensualmente, dijo KPMG en un informe de diciembre pasado.
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El precio promedio de un automóvil usado subió en todos los meses de febrero a noviembre de 2021, según datos de Edmunds, mientras que las cifras de diciembre no estaban disponibles.
Recordó que el alza comenzó hace años, pero se agravó en 2020. En enero de 2016, el costo promedio era de $18,661 para un carro usado, y desde entonces los precios han aumentado constantemente antes de un fuerte repunte el año pasado.
“Los precios de los coches usados están superando los máximos históricos de forma regular, ya que la escasez de coches nuevos desvía a los compradores hacia la única otra opción, el mercado de usados”, dijo Iván Drury, gerente senior de análisis de Edmunds, en un comunicado a McClatchy News.
No es solo Edmunds, ya que Kelley Blue Book también ha notado los altos precios. Kelley Blue Book dijo el mes pasado que su precio promedio de venta de coches usados en noviembre fue de $27,569, un aumento del 27% respecto al año anterior.
KPMG calificó el alza de “sin precedentes”, ya que sus décadas de datos no muestran “nada parecido a 2021”.
“Nunca he visto nada remotamente cercano a esto; es una locura”, dijo el veterano concesionario de automóviles de Nebraska Jeff Schrier a The Associated Press.
Agregó que “Es bastante frustrante para mucha gente en este momento”. Precisa que una escasez mundial de microchips para vehículos nuevos ha hecho subir los precios de los vehículos nuevos, lo que a su vez ha afectado al mercado de los usados.
“Los proveedores de chips cerraron sus propias fábricas al principio de la pandemia de COVID-19 para proteger la salud de sus trabajadores”, dijo Kelley Blue Book.
Indicó que una vez que pudieron reanudar la producción, la desaceleración económica provocada por la pandemia llevó a los fabricantes de automóviles a recortar sus pedidos.
”Las fábricas de chips se vieron desbordadas por la demanda cuando los compradores “se lanzaron a comprar productos electrónicos” cuando la economía empezó a recuperarse¨, según Kelley Blue Book.