La persona irresponsable e inmadura no aprende a prevenir
Es una frase corta, pero dice mucho. Y en cada caso, nos deja una reflexión, una enseñanza o un aprendizaje para revisar las actitudes, el comportamiento, la conducta, y hasta los hábitos, pero sobre todo, los resultados de vida de cada uno. Prevenir, es evitar, cuidar, proteger, organizar o estar preparado para afrontar un riesgo o una adversidad.
Los riesgos y las adversidades son parte de la vida y de las circunstancias en todos los órdenes: físico, emocional, psicológico, social, económico, en la familia, la pareja, en lo grupal y en lo interpersonal; por lo que no podemos estar blindados, huir o dejar de exponernos a vivir frente a las adversidades.
Cuando hablamos de no lamentar, es vivir con la autoconfianza, la autodeterminación de confrontar para gerenciar o vencer una adversidad, pero también, el no lamentar es aprender que en la vida, como establecer los procesos psicoterapéuticos “mindfulness”, hay que dejar ser, dejar ir, y dejar llegar, ya que cada adversidad deja su aprendizaje, aporta su virtud, fortalece el espíritu, nos enseña a conocer nuestras emociones y nuestra capacidad de responder de forma adaptativa, asertiva, con seguridad y con refugios sanos y protectores.
El miedo nos desborda en medio de una adversidad, cuando las causas que lo generan son más fuertes y más grandes que los recursos de los que disponemos para prevenir y no lamentar. Si no contamos con recursos emocionales, sociales, espirituales, económicos, psicológicos y existenciales, el miedo sería más paralizante.
¡Más vale prevenir que lamentar! Es mi próximo libro de autoayuda y psicoterapia que he presentado esta semana, con el sabio propósito de ayudar a que las personas aprendan a vencer adversidades, fluir y salir más fortalecidos y más resilientes de ellas. El nuevo desafío es ese, prevenir para no lamentar, y si las cosas suceden no culparse, no victimizarse, no justificar los fracasos y las reacciones emocionales desproporcionadas.
Durante años, con mis libros, la tertulia, la columna y las conferencias, he querido llegar a más personas para ayudar a que el viaje por la vida sea más estable, más armonioso, más adaptativo y más equilibrado. Como psiquiatra y psicoterapeuta he deseado cumplir con la psico-educación de mis pacientes y de las personas que desean conquistar el porqué de su vida, la conciencia emocional y las razones existenciales a través de una visión más holística y más inteligente emocionalmente.
¡Más vale prevenir que lamentar! Hace décadas que venimos escuchando esta sabia verdad, pero las personas desenfocadas, irresponsables, inmaduras, sin inteligencia emocional ni social, ni espiritual, nunca a aprenden a prevenir, ni organizar un proyecto de vida que sea saludable y sostenible.
Durante años he tenido que asistir y acompañar a cientos de personas abatidas por una crisis de angustia, depresión, por traumas y huellas emocionales que le impiden fluir y ser feliz; otras personas han sido víctima de su ira, sus impulsos, sus adicciones, o de algún trastorno de la personalidad. Con este libro de autoayuda, el lector aprenderá a ser optimistas, de vida con autocuidado, autodeterminación, con sana autoestima, con equidad, equilibrio y eficacia para alcanzar el bienestar.
En medio del aislamiento, el estrés y agonía de una pandemia, he mantenido la atención, concentración y el hábito de escribir para ayudar; ahora, estoy presentando dos nuevos libros que, espero, que ayuden y estimulen a más personas a insistir, persistir y resistir en medio de la adversidad para salir más fuerte y con sabios propósitos.
Es un libro práctico, comprensible, cercano, que busca facilitar las respuestas psicoemocionales y conductuales de una posmodernidad que nos seduce, nos desecha y nos reduce al confort y la vanidad.