-Parte I-
Representa una fuente de gran satisfacción el hecho de que, colectivamente, estamos tratando de crear un modelo educativo eficiente en la República Dominicana. En consecuencia, es fundamental, a la luz de los extraordinarios cambios tecnológicos, fortalecer al máximo la enseñanza de las matemáticas, que es la base del algoritmo en lo que se sustentan los enormes cambios digitales.
La secuencia de las matemáticas empieza con el conteo; seguido por la adición y la sustracción y luego con la multiplicación y la división. Más adelante, el set instruccional se expande para incluir números más y más grandes y, en algún punto, fracciones y decimales. En la temprana adolescencia, los estudiantes son introducidos, en una nueva materia, el Álgebra, a los patrones de números y letras. Por último, una minoría de los estudiantes se abren camino hacia la geometría, trigonometría y, finalmente, a cálculo.
Esta progresión, según Maria Droujkova, educadora en matemáticas, no tiene realmente nada que ver en cómo las personas piensan o cómo los niños crecen y aprenden o en cómo las matemáticas están construidas. Ella logró unir un gran número de voces alrededor del mundo, movidos en la constante pregunta en las aulas: ¿Para qué sirve esto, profesor? Y quieren revolucionar la manera en la que se enseñan las matemáticas, llevándola a estar más en línea con sus principios de simplificación.
El ciclo que actualmente se usa es el resultado de un accidente histórico que arrancó de lo que ella describe como un “alegre universo” de las matemáticas, compuesto por más de 60 disciplinas, y que se manifiestan en todo: desde la construcción hasta la naturaleza o la música.
“Los cálculos a los que los niños están sometidos son a menudo de desarrollo inapropiado y tortuoso”, afirma Maria. Se está perdiendo lo esencial y es que la matemática trata, fundamentalmente, sobre patrones y estructuras, más que de pequeñas manipulaciones de números. Es como pedirle a un director de cine que aprenda primero de vestuario, luces u otros aspectos técnicos que de elaboración de pequeñas historias interesantes. Sin historia no habrá vestuario, ni nada.
Droujkova, quien obtuvo su PhD en educación de las matemáticas en los Estados Unidos, después de emigrar desde Ucrania, aboga por un enfoque más global que ella llama matemática natural, en el que tanto el niño como el padre, aprenden. Su libro, escrito en conjunto con Yelena Mc Manaman, “MoebiusNoodles: Adventurous math for the playground crowd” pretende demostrar lo productivo que puede ser la exploración de la materia como un viaje personal, en el que se incluyan juegos.
Los estudiantes cada día son más demandantes, más informados y manejan nuevas herramientas para visualizar el conocimiento científico. Esta inmediatez permite a los profesores centrarse en desarrollar habilidades científicas y dejar a las computadoras hacer lo que ellas saben hacer bien: calcular.
A modo de ejemplo, citamos a Wiktor Bartol, Profesor del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Varsovia, quien afirma que las nuevas formas de enseñanza dinámica de las matemáticas, apoyadas por los dispositivos electrónicos, ayudan a mejorar la seguridad de los alumnos y a superar miedos históricos que, muchas veces, son culpa del profesor: “En Finlandia utilizaban un proyecto multimedia con niños pequeños (…) En la pantalla aparecía una imagen de un bosque, con cada hojita pintada con muchos detalles, árboles, pájaros, una casita de pájaros… Y la instrucción era ‘haz la suma que surge del dibujo’. No se les decía haz la suma de cuántas hojas hay, o pájaros o árboles. Cada alumno escogía su problema, ¿qué diferencia hay para el profesor? Lo importante es que sume y así el alumno ya piensa desde el principio en qué va a sumar. Es un ejemplo sencillo y muy fácil para hacer las matemáticas algo más atractivas”.
En el próximo artículo describiremos el modelo que ha estado utilizando Singapur, país que alcanzó, en los últimos años los primeros lugares de exámenes estandarizados de Matemáticas.
Investigadora Asociada:
Andrea Taveras.