Al pronunciar el discurso de política exterior más importante de su gestión de gobierno en las Naciones Unidas, el presidente Danilo Medina delineó los ejes sobre los cuales se apoyará la diplomacia dominicana, cuando en enero asuma la membrecía rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU: respeto a los derechos humanos, a la democracia, la libertad y la diversidad. “Son los mismos principios inquebrantables que nos guían como nación”, blasonó el mandatario.
Creo que una nación pacífica y pequeña, como República Dominicana, está compelida a promover la paz, el dialogo y el entendimiento a nivel global. En tal virtud, valoro como altamente favorable a la imagen nacional el compromiso esbozado por el mandatario en el sentido de que, durante el periodo dominicano en el CS de la ONU, su propósito será aportar “una voz latinoamericana y caribeña a una de las instancias de mayor responsabilidad mundial en el mantenimiento de la paz”.
Detalló la estabilidad y la seguridad como objetivos prioritarios, aunque frágiles, describiendo a la RD como “ente de diálogo, de entendimiento y de búsqueda de soluciones pacíficas”, cualidades demostradas por la Cancillería cuando fungió como mediadora en la crisis venezolana y en diferendos entre el gobierno bolivariano y su vecina Colombia.
Medina se colocó a la altura de la prioridad internacional, cuando citó al cambio climático y la lucha contra el crimen organizado como los objetivos inmediatos de la RD en el Consejo de Seguridad. “Desde la RD estamos fuertemente comprometidos con enfrentar las consecuencias del cambio climático”, trabajando en los niveles local, nacional e internacional. La elección unánime al CS de la ONU es la decisión de política exterior más relevante adoptada por cualquier gobierno dominicano de las últimas décadas y debe ser reconocida por todos.