Narra que su madre se oponía a que se montara en un avión y que si lo hacía, la perdería; eso lo impactó mucho

En algún momento Mendy López tuvo la ambición de ser jugador profesional. Sin embargo, cambió de dirección y su objetivo se convirtió en otro, el de ser narrador. ¿Cómo seda ese cambio?

Su respuesta fue: “El cambio se da porque siendo yo un jugador de béisbol, todo el mundo me decía, ¿por qué no te firman? Cuando le hablaron a mi difunta madre de eso, que Dios la tenga en gloria, dijo si mi hijo se monta en un avión pierde a su mamá, era una mujer de campo”, acotó.

López adujo que aunque ya sabía que no podía ser profesional. Sí, era locutor profesional, porque la radio siempre le gustó, y dijo un día, bueno, “si yo soy locutor y soy pelotero, ¿por qué no narrador?

Así lo plantea el veterano narrador de béisbol, una de las leyendas de la crónica deportiva por décadas, al ser entrevistado por el periodista Kevin Cabral, en el libro “Reservas de la Crónica Deportiva”, auspiciado por el Banco de Reservas. ¿Cómo te preparaste para ser comunicador?

“ Claro, mucho más allá. El problema es que Pimentel, mi pueblo, ha estado tradicionalmente ligado a la cultura, al arte, y como ejemplo siempre uno escogía a Tiberio Castellanos, un locutor de Pimentel que trabajó en Cuba; después a Osvaldo Cepeda, compañero escolar. Y vino la poesía con Manuel Mora Serrano, con Nolasco Cordero.

Dijo que: “Comenzábamos a leer. Y así como Mora Serrano, a quien yo siempre le dije Tito y que falleció no hace mucho, me enseñó a conocer a Joe Dimaggio, pero también a los grandes poetas latinos, a los grandes filósofos, y se sentaba a hablarme de eso.

Y abundó: “Él le puso un nombre a los muchachos del barrio. Claro, él era Joe Dimaggio, pero yo era Ted William y allí se fue formando la idea de la locución, de la declamación, de la escritura. Me fui formando como pelotero, aunque sabía que no iba a firmar.