Según Claus Offe ; el reformismo socialdemócrata , el socialismo cristiano , elites políticas y económicas conservadoras , y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que abogaron por el estado de bienestar y otorgaron esquemas más amplios de seguro de salud obligatorio , leyes sobre protección del trabajo , salario mínimo , expansión de servicios sanitarios y educativos , así como el reconocimiento de los sindicatos como representantes económicos y políticos legítimos del trabajo .
Por otra parte el Estado de Bienestar comenzó a ser bombardeado. Algunos políticos como Margaret Thatcher en el Reino Unido buscaron implementar el “desmantelamiento” del estado del bienestar. Posteriormente los resultados del “Thatcherismo” no fueron los esperados por los partidarios de la “liberación de las fuerzas económicas”. En los años que siguieron a la implementación de tales medidas, la inflación en Inglaterra alcanzó un 20%. Tanto las tasas de interés como las de desempleo subieron excesivamente y la base industrial británica fue disminuida.
Por su lado, a Estados Unidos también le tocó su porción, Ronald Reagan el “Actor Presidente” fue elegido por prometer: reducir impuestos, aumentar el presupuesto de defensa y reducir el gasto fiscal. Este señor implementó políticas similares a las de Thatcher “La dama de hierro”, que en su conjunto llegaron a ser conocidas como Neoliberalismo. Tras lo prometido, lo cumplido fue: aumento desorbitante de la deuda pública y privada, el déficit fiscal pasó de 0.9 billones de dólares a 3 billones de dólares, el desempleo llegó a la cifra récord del 10% y la clase trabajadora percibió una disminución considerable de sus ingresos netos.
Del mismo modo a República Dominicana le llegó su momento, con la ley general de reforma de la empresa pública (141-97) firmada por Leonel Fernández. Dicha ley creó una comisión que básicamente se encargó de la “capitalización” de empresas estatales con capital privado , tales como : Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) , La Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) , la Corporación de Fomento de la industria hotelera y el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) . Por todos es sabido lo que esto trajo y en qué condición están el día de hoy todas estas empresas “capitalizadas” por el sector privado. A todo esto le siguió una fiebre de “capitalizar” todo lo que era “deficitario” en el Estado, por decir una exageración hasta la villa Presidencial de Juan Dolio se concesionó. Pero la realidad es que se desmontó casi todo el aparato empresarial del Estado. Se cedieron los puertos, los aeropuertos, las carreteras, los ingenios, la energía eléctrica y hasta la gestión de los desechos sólidos está en manos privadas. Y es que en siendo actividades neurálgicas para el Estado, casi todas las controlan manos privadas y en algunos casos hasta son extranjeros que no les duele ni sienten por ningún dominicano. En el caso que compete ahora, Lajun está haciendo uso del poder que el propio Estado le dio; pone en jaque la seguridad sanitaria de los dominicanos para sacarles unos dolaritos más por tonelada de basura.
¿Y quién quita que mañana lo que está haciendo Lajun hoy, lo hagan los extranjeros que controlan el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA)?