Haití sigue inestable. La violencia y el desorden aún son dueños de las calles y los barrios. La gente apenas sobrevive a las pandillas y a la hambruna que, últimamente, son las únicas cosas seguras con que ha contado el país caribeño.
A pesar del infortunio, muchos haitianos continúan abasteciéndose en los mercados fronterizos con la República Dominicana, como Dajabón. Por razones humanitarias el Gobierno dominicano ha permitido abrir fronteras.
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El intercambio comercial es una válvula de escape para los extranjeros sumergidos en una crisis socio-política y económica permanente, sino que el parque industrial Compagnie de Développement Industriel S.A. (Codevi), que después del cierre forzado, opera con normalidad, generando cerca de 20 mil empleos; más del 80 por ciento beneficia a los haitianos.
“El mercado binacional por Dajabón se desarrolla normal y el parque industrial Codevi también”, afirmó ayer el alcalde Santiago Riverón.
Pese a la crisis, los mercados fronterizos se realizan con normalidad. Cientos de haitianos continúan llegando los días de feria a los comercios binacionales para comprar alimentos y otros artículos de primera necesidad. Riverón aseguró que todo marcha sin contratiempos. El Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre –CESFRONT- y del Ejército Dominicano, mantienen la vigilancia y el control en los mercados fronterizos y sus alrededores ante cualquier eventualidad. Los haitianos que residen en las zonas fronterizas esperan que la fuerza multinacional que será desplegada en Haití pueda llevarle paz a su país, una nación sometida sacrificio, agravada por el asesinato del presidente Jovenel Moisés, en 2021.