EFE
BARCELONA. Más de cien días después de arrebatarle cualquier opción de conquistar el título de Liga al Real Madrid y de apearle de la final de la ‘Champions’, el Barcelona alargó su hegemonía en el fútbol español al vencer al equipo blanco (3-2) y lograr su décima Supercopa de España, la tercera consecutiva.
Leo Messi fue, de nuevo, genio y figura y en partidos como el de ayer demuestra por qué va camino de convertirse en el mejor futbolista de la historia.
Si en la ida el técnico madridista José Mourinho sacó el mismo once que cayó 5-0 en el Camp Nou la pasada temporada, ayer fue Guardiola quien apostó por el equipo campeón de Europa ante el Manchester United en la final de Wembley. Un once titular comandado por el genio de Rosario, verdugo implacable del eterno rival -ayer dos goles y una asistencia- y blindado en la portería por un enorme Valdés.
Mourinho solo hizo un cambio respecto al partido de ida: el de Coentrao por Marcelo en el lateral izquierdo, mientras que Guardiola dio entrada a Piqué, Xavi y Sergio Busquets con el propósito de recuperar el control del juego que no tuvo en el Bernabéu. Pero este Barça, aun corto de preparación, lo único que no ha perdido durante estas vacaciones son sus automatismos ofensivos. Lento en el repliegue, impreciso en la circulación y exigido por un rival con mucha mordiente y pegada arriba tuvo que tirar de nuevo del genio de sus jugadores de tres cuartos de campo para arriba, para sacar el partido adelante. Nada más empezar el choque, una pérdida de balón en el centro del campo, casi le cuesta el primer disgusto. Valdés salvaba los muebles a tiro de Cristiano Ronaldo, como luego lo haría con Özil.
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Messi acabó
Dos fogonazos de Messi -un eslalon con asistencia de gol a Iniesta y una pared en medio palmo de área con Piqué y definición magistral del argentino- sirvieron a los azulgranas para adelantarse por dos veces en el marcador. La primera vez, al cuarto de hora, y la segunda, un minuto antes del descanso, cuando rompía de nuevo las tablas en el electrónico que habían devuelto entre Sergio Ramos y Cristiano -este en posición dudosa- a la salida de un córner a los veinte minutos de juego. Mourinho dio entrada tras el descanso a Marcelo por Khedira, adelantó la posición de Coentrao.