Dejar de fumar es considerado como uno de los cambios más difíciles que puede asumir una persona.
La OMS define el tabaquismo como una enfermedad adictiva crónica que evoluciona con recaídas, ya que la nicotina, principal componente del cigarrillo, es la sustancia responsable de la adicción, actuando a nivel del sistema nervioso central.
“Es una de las drogas más adictivas, aún más que la cocaína y la heroína. Por ello es importante saber que, aunque el 70 % de los fumadores desean dejar de fumar, de ellos sólo el 3% lo logran sin ayuda, ya que, como en toda adicción, se encuentran presentes factores biológicos, psicológicos y sociales”, así lo asegura el neumólogo internista Alfredo Matos Hoepelman.
Detalla además que cuando se consume cigarrillo, el grado de adicción es tan poderoso y dependiente, que las personas se comportan igual que si estuvieran consumiendo otro tipo de drogas, con estados de depresión, ansiedad, disconformidad, conducta compulsiva y repetitiva, alteración de los aspectos de su vida diaria y social, lo que hace aún más difícil el abandonar este hábito sin ayuda.
“Todo fumador debe saber que la nicotina, al igual que otra droga, puede provocar un síndrome de abstinencia a la hora de dejarlo, como irritabilidad, tristeza, dificultad para dormir, mal humor, dificultad para concentrarse, inquietud o nerviosismo, frecuencia cardíaca lenta, aumento del apetito y de peso, entre otras”, advierte Matos.
Empero, los medicamentos y los cambios de conducta pueden ayudar a controlar los síntomas, los cuales irán desapareciendo con cada día que pase sin fumar, pues la cantidad de nicotina de su cuerpo irá disminuyendo, necesitando cada vez menos fumar.
“Existe la posibilidad de que cuando una persona decide dejar de fumar, lo haga de manera definitiva, de una vez y por todas, ya sea de manera abrupta o escalonada, pero lo puede lograr. Aunque con mucha frecuencia y muy alto porcentaje, pueden volver a recaer. Una recaída que puede ser en poco o mucho tiempo”, señala el médico.
Para ello, existen muchas técnicas a utilizar para dejar de fumar, principalmente para aquellos que no lo pueden dejar de un solo golpe. Estas están encaminadas a enseñar al fumador una nueva vida sin tabaco.
Métodos. Existen múltiples terapias para ayudar a dejar de fumar como: el parche, goma de mascar, pastillas, inhaladores y rociadores nasales, los cuales contienen nicotina, por lo que son considerados como sustitutos.
En cambio, el “Bupropion SR” y “Vareniclina” no contienen nicotina, por ende, estos no son considerados sustitutos, más bien, tratan de hacer que fumar sea menos satisfactorio por la gran cantidad de efectos secundarios que produce al que intente hacerlo, utilizando este producto.
En ciertas ocasiones estos medicamentos se pueden combinar, dependiendo el caso, sin embargo, no funcionan, pues existen fumadores con serios trastornos depresivos y de ansiedad y requieren necesariamente la intervención del psiquiatra para medicarles con ansiolíticos y antidepresivos, porque su grado de dependencia a la nicotina es muy grave, y dentro de los efectos de esta sustancia están precisamente el controlar la ansiedad, la depresión y los estados de tristeza o irritabilidad en los fumadores.
Los fumadores que dependen significativamente de la nicotina deben considerar el reemplazo de esta.
Cigarillos electrónicos. Hace algunos años se creó el cigarrillo electrónico, vaporizador o vapeador, como les llaman, para simular y sustituir el consumo de tabaco. Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería para calentar y vaporizar una solución líquida que puede o no contener aromas y nicotina líquida.
Los beneficios y riesgos sobre el uso de estos dispositivos son objeto de polémicas, ya que la Organización Mundial de la Salud no los considera como tales, pues carecen de estudios y evidencias científicas que justifiquen su uso como reemplazo para dejar de fumar.
Lo mismo piensa la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, en donde afirman que causan cambios en los pulmones muy parecidos a los que fuman cigarrillos.
“Nosotros como Sociedad Dominicana de Neumología y Cirugía del Tórax, nos oponemos radicalmente al consumo de tabaco, en todas sus presentaciones, así como la utilización de vaporizadores y sobre todo la Hookah, que han demostrado ser perjudiciales a la salud. Consideramos pertinente la utilización de los reemplazos de nicotina y las terapias psicológicas para dejar de fumar, la cual debe ser ante todo una decisión de cada fumador”, asegura el especialista.
Explica que el dejar de fumar proporciona grandes beneficios desde los pocos minutos de haberlo abandonado, mejorando la circulación sanguínea, parte de los sentidos perdidos como el gusto y el olfato, disminuyendo los efectos dañinos a las vías respiratorias y mejorando en un gran porcentaje la calidad de vida de los que dejan de fumar, pues viven más y mejor los que lo dejan que los que continúan, concluye el neumólogo.