Voz de la guitarra mía
Al despertar la mañana
Quiere cantar su alegría
A mi tierra mexicana
Yo le canto a tus volcanes
A tus praderas y flores
Que son como talismanes
Del amor de mis amores
México lindo y querido
Si muero lejos de ti
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí
México lindo y querido
Si muero lejos de ti
Que me entierren en la sierra
Al pie de los magueyales
Y que me cubra esta tierra
Que es cuna de hombres cabales
Voz de la guitarra mía
Al despertar la mañana
Quiere cantar su alegría
A mi tierra mexicana
México lindo y querido
Si muero lejos de aquí
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí
Que digan que estoy dormido
Y que me traigan aquí
México lindo y querido
Si muero lejos de ti, Jorge Negrete
Tengo muchos vínculos emocionales con México. En 1978, siendo una joven profesional vine a realizar una especialidad en Educación de Adultos en el famoso CREFAL. Ahí se despertó mi inquietud por el conocimiento. Desde entonces lo he estado visitando intermitentemente, principalmente a Ciudad de México.
Después de algunos años sin venir, encontré la ciudad deteriorada. Sectores y tradicionalmente hermosos estaban descuidados. La contaminación es impresionante y afecta a los sanos y, sobre todo, a los que padecen de problemas respiratorios. En el registro del clima del día siempre aparece la advertencia: “calidad del aire mala para grupos sensibles”.
La ciudad sigue siendo un tesoro cultural. Por donde quiera que camines te encontrarás con hermosos rastros de un pasado glorioso, primero pre colonial y luego durante los largos años que fue el Virreinato de México. Ese tesoro no solo es mexicano, sino de toda la humanidad. Ojalá puedan preservarlo. El último terremoto afectó muchas edificaciones coloniales.
Esta vez vine a México invitada por el Instituto Mora para participar en el seminario “El Caribe: visiones históricas de la región”. Participamos unos 30 investigadores cuyos objetos de investigación lo constituye la región del Caribe desde diferentes perspectivas: Política, económica, cultural y social. Y desde diferentes periodos históricos que van desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Eso es lo interesante pues el Caribe es tan amplio y tan diferente. Puede ser una pequeña isla perdida en cualquiera de sus archipiélagos, como también puede ser una gran nación como México que junto a Estados Unidos conforman la sub región de Golfo Caribe.
El Instituto Mora y otras universidades mexicanas han decidido mirar hacia el Caribe para entenderlo y comprender mejor sus nexos con su propia y diversa realidad.
Señalaba en el seminario, en el cual solo habíamos 4 personas provenientes de las islas, que había que mirar al Caribe desde la perspectiva de la insularidad, pues nos daría una visión más completa y mejor contextualizada.
Uno de los problemas de algunos estudiosos es que se centran en estudiar un pedazo del Caribe y al particularizar tanto no son capaces de mirar la región como un todo.
Tampoco soy de las que aboga por explicaciones generalizadas que no nos permiten entender las particularidades de esa particular Babel integrada por islas, islotes y continente, con idiomas, tradiciones, razas y orígenes diferentes. Lo importante es tener esa mirada en la cual lo general y particular se integren dialécticamente.
Otro elemento que descubrí en ese encuentro es que muchas veces utilizamos las modas intelectuales que no son más que nuevos esnobismos que lo explican todo y nada al mismo tiempo. Ahora se habla de la descolonización, pero, como dijo uno de los participantes, hablamos de descolonización sin haber comprendido la colonización.
En una de las sesiones de discusión una de las participantes defendía con vehemencia la opción por la africanidad como eje explicativo. Me retrotraje a las discusiones que sostenía con nuestra querida Alanna Lockward, ida dolorosamente a destiempo, que el Caribe debía ir más allá de la negritud. Que el Caribe estaba compuesto por diversas etnias: africanas,chinas, japonesas, hindúes, europeas, solo para mencionar algunas.
Sostuvimos una discusión interesante. Una de las participantes aseguraba que debíamos hacer una opción por los desprotegidos y marginados. Ahí planteé que una cosa es mi definición y preferencias políticas como ciudadana y otra la procura de la objetividad como investigadora. Una y otra cosa son diferentes.
El investigador debe intentar (reitero, intentar) de despojarse de sus opciones ideológicas para acercarse al sujeto – objeto de investigación, partiendo de sus hallazgos, relatando la historia dejando hablar a los documentos no a su corazón ni sus ideas preconcebidas. Cómo ocurrió en los años 80 cuando sabíamos las conclusiones antes de hacer las investigaciones, porque nos acogotaba un supuesto cuerpo conceptual que nos obligaba a concluir lo que ya sabíamos.
Lo importante es despojarse de todas las vestiduras posibles, ir al objeto de investigación como niños, sin ideas previas.
El investigador debe ser una persona capaz de tener la actitud de aprender y desaprender constantemente. Porque aparecerán nuevas visiones, nuevas pruebas que pondrán en cuestionamiento tus conclusiones.
No hay que temer desdecirse de lo que hemos planteado en algún libro o en algún artículo o en alguna investigación! Somos eternos aprendices de la vida.
Agradezco de nuevo al Instituto Mora, en la persona de Laura Muñoz quien desde hace 17 años organiza este seminario. Gracias Laura por esta nueva oportunidad de aprender.
Me dio mucho gusto conocer jóvenes investigadores y reencontrarme con algunos colegas a quienes no veía desde hacía varios años.
Siempre es reconfortante discutir con amigos -colegas que trabajan el tema del Caribe desde diferentes perspectivas. Siempre es y será maravilloso poner a prueba tus ideas!
Fui feliz de ver a mi viejo-amigo- hermano Pedro San Miguel, con quien he compartido años de amistad y de actividad intelectual.
Gracias de nuevo Laura por esta oportunidad, en la cual Antonino Vidal y yo pudimos presentar nuestros programas académicos y nuestros proyectos.