La historia crítica podría llamarse con toda justicia conocimiento activo del pasado, saber que se traduce muy fácilmente en acción destructora. (…) La historia aguafiestas es un saber de liberación, no de dominio como la de bronce.
Denuncia los recursos de opresión de opulentos y gobernantes; en vez de legitimar la autoridad la socava; dibuja tiranos; pinta patronos crueles de empresas capitalistas; refiere movimientos obreros reprimidos por la fuerza pública; estudia intervenciones nefastas de los países imperialistas en naciones frágiles, o destaca los perjuicios de la sobrevivencia de edades cumplidas.
Para sacar adelante ideas jóvenes se bebe la historia erigida en tribunal que condena, la critica que corroe las ideas vetustas. Luis González
Señor Ministro:
No se preocupe. Ya no lo molestaré más, al menos por ahora. Le cuento que algunos amigos me han preguntado si he recibido alguna reacción del ministerio.
Mi respuesta ha sido la misma: ninguna. Parece que las autoridades educativas, sumergidas en la educación “a distancia” y presionados por la impronta de la sociedad de abrir las clases presenciales, no les ha permitido leerme. Tal vez, es muy posible, lo que estoy planteando no les interesa, o no están convencidos de mis argumentos.
Esta es la última misiva. Después voy a escribir algunos artículos para hacer dos reflexiones.
La primera se titulará: “¿Por qué la historia? Tiene como objetivo dar fundamento teórico a estas tres largas misivas que le he escrito. La segunda será un reto para mí y la titularé: “La incompetencia de la competencia.”
Le afirmo, señor ministro, que para escribir estos artículos he revisado con detalle el currículo de todos los niveles de la educación primaria y secundaria. Para sorpresa mía, en ambos ciclos de media el diseño de la enseñanza de la historia está bastante bien y completo. Me alivió mucho.
Los técnicos del currículo entienden, y de paso estoy de acuerdo, que ese periodo coincide con “el proceso de transición hacia el período de la adolescencia y representa el inicio de una etapa de mayores compromisos con sentido de la responsabilidad.
En este ciclo inicia el proceso de desarrollo del nivel de dominio III de las Competencias Fundamentales.
Se prepara al estudiantado para un mejor desenvolvimiento en la vida y para la elección consciente de una Modalidad, en función de sus intereses, necesidades, aptitudes y preferencias vocacionales, al pasar al segundo ciclo del Nivel.”
Los dos primeros años del primer ciclo se dedica una gran parte al sistema solar y a los temas geográficos. Aunque tocan algunos aspectos de la historia universal. Estos son algunos de los temas: Colonialismo, esclavitud y racismo. – Capitalismo – Relaciones con la realidad isleña dominicana.
Impacto de las revoluciones burguesas en los procesos económicos y políticos del mundo. Cambios tecnológicos, científicos y sociales en el siglo XIX. – Influencias en Europa de la Revolución Francesa (1789 – 1799) y de la independencia de las 13 colonias de Norteamérica (1776). – Nuevas ideas políticas: liberalismo y conservadurismo. – Cambios económicos y sociales durante la Segunda Revolución Industrial.
Fortalecimiento del movimiento obrero y sus luchas. Derechos de las mujeres. – Avances en el transporte, la medicina y la tecnología, los procesos demográficos
También se tocan los temas de: Imperialismo y revolución – Espacio mundial como escenario de confrontación política y económica de las grandes potencias. – Poder financiero, poder político e ideologías en el escenario del mundo en el siglo XX: centro-periferia. – Industrialización, ciencia y tecnología modernas: poder económico y político de las grandes potencias: El complejo financiero-militar-industrial. – Transportes y mercados: Canal de Suez y Canal de Panamá. – Ideologías políticas, movimientos sociales y culturas modernas en las grandes potencias mundiales.
Las Guerras Mundiales, crisis de entreguerras y la Guerra Fría: – Primera Guerra Mundial. Tratado de Versalles. – Revolución Rusa, intervención extranjera y el socialismo en un solo país. – Consecuencias de Versalles y la Crisis de 1929. Las guerras mundiales, la Guerra Fría, el mundo dividido.
En el tercer año primer ciclo se habla entonces de la historia latinoamericana y la hegemonía norteamericana. La Primera Guerra Mundial y el afianzamiento del imperio estadounidense del comercio y las finanzas – Explotación bananera en Centroamérica, Suramérica y el Caribe: las “Repúblicas bananeras”. – Estados Unidos y Canadá en la Primera Guerra Mundial (1917-1918). Impacto de la Primera Guerra Mundial en las economías latinoamericanas.
También se incluyen temas sobre el auge de las exportaciones agrícolas (azúcar, banano, cacao, café, algodón). – Expansión de la explotación del azúcar de caña y el café en el Caribe y Suramérica. – Control de las explotaciones mineras en Latinoamérica: México, la República Dominicana, Venezuela, Chile, Perú, Bolivia. – La “Danza de los Millones”. Expansión de la industria azucarera. – La Gran Depresión y la crisis de 1929. Frontera Imperial. Siguen otros temas importantes.
Me surgen dos inquietudes al leer este currículo de media. La primera se refiere a la inconexión existente entre el currículo de primaria, que no aborda prácticamente la historia y un amplio y profundo currículo de media que profundiza en temas importantes de nuestra realidad histórica. Entonces me surge la pregunta: Si la historia es un proceso gradual ¿cómo se supera ese abismo de ignorancia entre los estudiantes que terminan los dos ciclos de primaria y los que llegan a la secundaria? ¿Cómo es posible manejar conceptos tan profundos y complejos, cuando durante sus primeros años de formación los han tratado como incapaces de pensar?
Mi segunda gran preocupación es la siguiente: ¿tenemos profesores de media bien preparados en la educación pública para abordar de forma holística y profunda temas tan importantes como complejos? Sinceramente, después de haber dirigido varios programas de educación para profesores, tengo mis dudas.
Aunque tengan interés, la mayoría de los profesores de la enseñanza pública no dispone de los medios tecnológicos para acceder a diferentes bases de información que les permitan investigar y conocer mejor los temas que deben abordar en sus clases. No disponen de bibliotecas en sus escuelas para consultar obras.
Con esta misiva, señor ministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar, dejo en sus manos y en sus asesores más cercanos estas grandes y profundas preocupaciones.
Tal vez, como ocurrió durante las gestiones de los ministros anteriores, Andrés Navarro y Antonio Peña Mirabal, estas palabras vuelvan ¡otra vez! a caer en el más terrible de los abismos y los olvidos. Al menos tengo la conciencia limpia de que hice la advertencia.
El futuro, es decir, las generaciones que se están formando ahora, serán las grandes perjudicadas. Los jóvenes seguirán en la ignorancia total y seguirán viviendo una identidad difusa en una sociedad banalizada y trivial, en la cual los raperos, como la irreverente Cardi B, son los ídolos de la mayoría de los jóvenes, y cuyas letras son para ruborizarse. ¡Mi nieto Andrés la escucha y me horroriza!
No se preocupe, Dr. Fulcar, mientras viva, mientras tenga este espacio, mientras pueda escribir y gritar, seguiré abogando por la enseñanza de la historia como la herramienta esencial para consolidarnos como pueblo y para crear conciencia de lo que hemos sido. Ya lo dejo tranquilo. Me pongo a su disposición, y estoy dispuesta a colaborar.