Georg Símmel, uno de los padres fundadores de las ciencias sociales, dice: los valores se miden según los otros valores que han de sacrificarse para obtenerlos. El relativismo ético y el culto a la satisfacción inmediata, han producido cambios en la identidad, en los hábitos, en la mentalidad y en la conducta del nuevo ser social que vive entre el miedo a perder el confort y el miedo a vivir y practicar lo correcto. El ser humano ha preferido sintonizar y guardar silencio, acuñar el miedo y cambiar los valores. Es de ahí, que cientos de personas hallan optado por huir de sí mismo y adquirir un “yo” o unos valores hecho a la medida de las circunstancia. Todo por el miedo a establecer la diferencia, a tomar distancia, a diferir, o sufrir el bullying político. El miedo Instrumental siempre se ha usado en la política, pero más en las dictaduras. Ha sido a través del miedo que se han detenido personas, grupos, sociedades; originándoles el conformismo, el conservadurismo, el abandono de proyecto, la sumisión, el acatamiento y la aceptación de esperar que el victimario o verdugo, conceda el permiso.
Lilís controló sus adversarios a través del miedo. Trujillo lo hizo por tres décadas bajo la cultura del terror, del miedo, la intimidación, el chantaje y el control. En la psiquiatría y la psicología social, se estudian la razones que impiden fluir o alcanzar proyecto en la vida debido al miedo, ya sea desde la infancia, por los traumas, el abandono, o el terror a sentirse solo (a). Es decir, el miedo y el bullying en los grupos, o en la política, se estudian y se elige a los más vulnerables, ya sea por su condición física, económica, social, de género, o moral. Siempre el victimario sabe la condición de riesgo o de vulnerabilidad para controlar, detener o excluir a su víctima. En política, la persona que se deja aplicar el terror, la intimidación y el chantaje a través del miedo, pierde su espacio, su objetivo y su proyecto. Pero también pasa en los gremios, en la vida social y en los profesionales. Es decir, las diferencias, los conflictos, las confrontaciones, las indiferencias, y las actitudes emocionales negativas son propias de la dinámica social, política, económica , interpersonal, que se dan en los grupos que perciben los mismos objetivos o metas. El miedo como aprendizaje social, limita y paraliza.
Existen personas que no son exitosos debido al miedo. Pero existen otras que, debido a la pérdida del confort, al riesgo, a la pérdida del estatus, a la confrontación y a la crítica, prefieren evitar o entrar en negación: dos mecanismos de defensa propio de la persona que le temen al miedo, o que son víctimas de su propia inseguridad o temor. El bullying político es reproducir el maltrato a través de la palabra, el ignorar, excluir o realizar acoso moral contra su adversario que siempre se le reconoce algún atributo, pero se le quiere hacer daño para controlarlo o aniquilar políticamente.
Esto así, porque en política se elige el contrincante más débil o más vulnerable, y se prefiere al que se pueda derrotar o controlar a través del miedo; algo así realizó Donald Trump, derrotando a más de 20 candidatos dentro de las primarias en el Partido Republicano, los fue eliminando hasta llegar al final a derrotar a través del miedo. La psicosocial dice: las personas se agrupan o eligen a los fuertes o intimidantes, no porque los quieran, sino porque les temen. A los buenos, los nobles, o los hacedores de lo correcto se le reconoce, se le ama, pero no se le teme. El miedo y el bullying en la política son normales, vista desde las estrategias y la táctica. Pero siempre hay que tener buen tacto, discreción, manejar el silencio, ser prudente, pero jamás demostrar miedo. La sabiduría es, establecer la diferencia, con el talento, el trabajo la credibilidad, los valores, el servicio, el altruismo, el amor y la pasión en lo que se hace, y como se hace. Pero nunca ser víctima del miedo.