“Haré una gestión responsable, eficiente y distinta, que haga más y prometa menos, para sacar al país de la situación muy difícil a la que ha sido llevado por las actuales autoridades”.

Aunque usted no lo crea, esas palabras fueron pronunciadas por el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, candidato presidencial del PRD, al encabezar el acto de lanzamiento de candidatos a regidores, alcaldes y diputados de esa organización en San Pedro de Macorís, donde prometió a sus seguidores que hará un gobierno que permita implementar y ejecutar planes, programas y proyectos en favor de la mayoría del pueblo que contribuya con el desarrollo del país y mejore la calidad de vida y el bienestar de la gente, que es la más necesitada.

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La crónica periodística que reseñó el acto no lo dice pero no es difícil imaginarse los aplausos de la cautiva concurrencia luego de las palabras del presidente del PRD, quien aprovechó la ocasión para criticar el gran endeudamiento externo que ha sufrido el país durante el gobierno del PRM.

Un extranjero o un recién llegado al país que lea la crónica de marras puede llegar a creer que el político que así se expresa ya tiene un pie en el Palacio Nacional o es el favorito de las encuestas, cuando la realidad es que se trata de un aspirante al que las más recientes mediciones apenas otorgan un 1% o menos en la intención de los votantes.

Pero eso no es algo que parezca preocupar ni al candidato ni a sus entusiastas seguidores, ya que la política dominicana tiene mucho de chercha y demasiado de farsa, y es por eso que siempre aparece gente dispuesta a hacerle el coro a los políticos si cree obtener algún beneficio, aunque se trate del anacrónico y tradicional pica-pollo.

No estoy diciendo que este es el caso, pero ninguno de los que estaba allí me va a convencer, incluido el propio Vargas Maldonado, de que realmente cree que tiene alguna posibilidad de ser Presidente de la República.